La presidenta electa de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha asegurado que no va a utilizar el agua como «un tema de confrontación política y partidista» como ha hecho el PSOE, ha señalado, sino que basará su política hidráulica en garantizar el agua para la región.
«Mi política va a ser la de hacer todo lo que tengamos que hacer para garantizar el agua suficiente para los usos actuales, para los futuros, para nuestro desarrollo económico, para nuestro desarrollo agrario, para nuestro abastecimiento, para todo lo que necesita Castilla-La Mancha, sin demagogia, sin populismos», ha dicho Cospedal durante su primer turno de intervención en la segunda sesión del Debate de Investidura que se celebra en las Cortes.
Cospedal ha acusado a los socialistas de no haber solucionado el problema del agua en la región a pesar de haber gobernado casi tres décadas.
Además, ha vuelto a decir que cree «firmemente» en la necesidad de un Plan Hidrológico Nacional que garantice agua en la región, que tiene que tener como mínimo salvaguardados los principios de unidad de cuenca, de preferencia de la cuenca cedente para los usos presentes y futuros, de sostenibilidad medioambiental y de solidaridad interterritorial.
Así, ha recriminado a Barreda que diga que no quiere hacer una «política de la confrontación o de utilización de las pasiones humanas de manera exacerbada» cuando su política del agua ha sido de «confrontación».
Esta situación hace pensar a Cospedal que si después de tantos años el PSOE no ha resuelto el problema del agua es que o «no han sido capaces o no han querido resolver el problema».
Además, ha recordado que este asunto estaba «bien orientado» con la aprobación del Plan Hidrológico Nacional (PHN). «Hemos tenido la posibilidad de tener garantizar el agua para Castilla-La Mancha y yo creo que han preferido (PSOE) que el agua siga siendo un tema de confrontación política y partidista en vez de solucionar los problemas. Esa no va a ser mi política», ha apuntado.