Era marzo de 2011 cuando comenzaba el movimiento de tierras para una obra de la que se ha venido hablando, nada más y nada menos, que ocho años: la construcción de una planta de ósmosis inversa con la que reducir el excesivo nivel de sulfatos que, en determinados momentos del año, presentan las aguas del río Júcar, de cuyo caudal beben los albaceteños desde 2003. Pues a pesar de los años de espera, de incertidumbre, de pactos y convenios entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento de Albacete, ahora se ha decidido que el proyecto «tendrá que esperar» y no se descarta incluso desecharlo de forma definitiva.
Así lo anunció ayer en rueda de prensa la concejal de Medio Ambiente, Rosa González de la Aleja que, aunque reconoció que esta planta de ósmosis inversa es un proyecto que puede resultar «interesante», desde el equipo de gobierno del Partido Popular se considera que es «excesivamente caro», lo que impide ser absorbido en estos momentos por las arcas municipales, que se encuentran casi en peligro de extinción. «Ahora no podemos hacer frente a este proyecto y tendremos que valorar con la alcaldesa Carmen Bayod si esta planta es necesaria o no, porque el agua que bebemos los albaceteños cumple con los parámetros de la legislación europea».
Y es que la situación económica que está atravesando el Consistorio albaceteño está originando la paralización de muchos proyectos y el descarte definitivo de otros. Tal es el caso de esta planta de ósmosis inversa, por la que se tenían que pagar 7,7 millones de euros entre las tres administraciones. «Este proyecto tendrá que esperar», insistió González de la Aleja, que en el momento en el que llegó a la Concejalía de Medio Ambiente encargó unos informes sobre la calidad del agua que se consume en esta ciudad, informes que han determinado que esta calidad es «excelente» y por eso, de momento, «la planta de ósmosis no se va a realizar porque la situación económica del Ayuntamiento está muy mal y no la vemos necesaria».
Sanciones de la CHJ
Para González de la Aleja, resulta más apremiante y urgente solucionar las dos sanciones que la Confederación Hidrográfica del Júcar le impuso al Ayuntamiento capitalino, por los vertidos incorrectos que se produjeron en la depuradora de aguas residuales. En la actualidad, estas dos sanciones, que superan conjuntamente el millón de euros de multa, están recurridas opr el Ayuntamiento por vía contencioso-administrativa, como también ocurre con la denuncia presentada contra Albacete por la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ), por entender ilegal la captura de agua por debajo de la curva de reserva, hechos que se producen en épocas de sequía.