Juan José Moragues Terrades, es Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Valencia y Catedrático de Universidad del Departamento de Ingeniería de la Construcción
Juan José Moragues posa ante la sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar en Albac
Rubén Serralllé
EMILIO FERNÁNDEZ
Juan José Moragues, presidente de la Confederación del Júcar, entra en la sede del organismo de cuenca en Albacete. Saluda cortésmente a los trabajadores de la casa, al redactor y al fotógrafo de La Tribuna y, acto seguido, lo primero que pregunta a sus colaboradores es «¿me podéis decir cuánto ha llovido hoy?».
Una vez contestada la eterna pregunta -por cierto, de momento, de lluvia vamos bien, gracias, al menos en Albacete- y satisfecha su curiosidad o, más bien, deformación profesional, el presidente ofrece asiento a la prensa, abre una carpeta abarrotada de papeles e inicia la entrevista con La Tribuna de Albacete.
En poco más de un mes, el Tribunal Supremo ha dictado dos fallos que tienen como protagonista al Júcar y al Real Decreto sobre las Demarcaciones. Una permite la adscripción provisional de las cuencas internas o ‘intracomunitarias’ a la futura Demarcación del Júcar, mientras que la otra permite directamente su integración. ¿Esto despeja el camino de la revisión del Plan de Cuenca o podría complicarlo aún más?
Lo simplifica, porque despeja muchas dudas. En primer lugar, ambas sentencias establecen que el Júcar y, en general, el agua, se deben gestionar de la forma más racional y eficiente posible. En segundo lugar, ambas dejan claro que tenemos la obligación de delimitar esas cuencas intracomunitarias. Fíjese en que, por ejemplo, la segunda sentencia del Supremo anula un artículo, pero mantiene la disposición transitoria que deja muy claro que las cuencas intracomunitarias tienen que delimitarse. Éste es el primer paso que debemos dar, luego viene la constitución del Consejo del Agua, la culminación del proceso de planificación y la adaptación de los diferentes organismos y entidades de la cuenca al resultado del proceso. Pero el primer paso, lo remarco, es esa delimitación de las cuencas, dibujar las lindes, en pocas palabras. Y las comunidades autónomas tienen que recibir las cuencas internas, eso también ha quedado claro.
Pero ambos fallos han sorprendido mucho en Albacete, porque hay una sentencia, la de octubre de 2004, del propio Tribunal Supremo, que dice justo lo contrario, que hay que segregar las cuencas. ¿Cómo cuadramos ambos criterios?
El propio ponente de la última sentencia dice cómo cuadran. Él mismo reconoce que, conforme a la legislación que había en 2004, había que proceder a esa segregación. Pero, desde entonces hasta ahora, la legislación ha ido cambiando, por ejemplo, la Directiva Marco del Agua de la UE se ha incorporado a la legislación española. Y, por tanto, conforme a la legislación actual, ahora hay otro criterio que, por cierto, elimina algo con lo que no estaba muy de acuerdo, y era hablar de situaciones o soluciones provisionales. No me gustaba porque eso te aboca a planificar a golpe de sentencias, y eso no es bueno para nadie, ahí perdemos todos.
MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA