“El futuro Gobierno será quien deberá tomar la decisión de dar luz verde o no al minitrasvase de 90 hectómetros cúbicos de agua del Ebro que reclama la Diputación de Castellón”. Así lo dijo ayer el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, en la visita que hizo a la provincia junto a Juan José Moragues, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, y el candidato del PSPV-PSOE, Ximo Puig. Los tres defendieron la labor que en materia hídrica ha llevado a cabo el Gobierno de Rodríguez Zapatero, “ya que ha garantizado el agua en Castellón y ha solucionado futuros problemas”, apuntó el también alcalde de Morella.
Con respecto al minitrasvase, Puxeu apuntó que la petición de la Diputación “llega en tiempos electoralistas y demanda una modificación de la ley del Plan Hidrológico Nacional”, razón por la que apunta que deberá resolverse tras el 20-N. Además, indicó que “no es verdad que el Ebro es para todos”, ya que es un río mediterráneo “que tiene unos regímenes de aportación muy débiles y un delta de una fragilidad extrema, lo que hay que tener muy en cuenta al utilizar el río”. El trasvase, agregó, era “inviable totalmente”, ya que era “caro, no aceptado socialmente y ambientalmente no sostenible”.
En cuanto a Castellón, Puxeu apuntó que tiene “récord mundial de no reutilización”, y por ello reclamó “responsabilidad con el resto de ciudadanos”.
Por su parte, Ximo Puig lamentó que el tema hídrico es, a día de hoy, un debate “contaminado” por el “partidismo y la voluntad de dividir del Partido Popular. Han malgastado mucho dinero intentando convencernos de que el trasvase era algo urgente y ahora cambian de opinión”. H