El nuevo Plan Hidrológico Nacional (PHN) que prepara el Gobierno «no será como el del pasado» y estará elaborado en base a «criterios científicos y no políticos». Con estas dos frases respondió ayer el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, al conseller de Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder, al ser interrogado por este sobre las verdaderas intenciones que alberga el Ejecutivo al poner en marcha el instrumento de planificación que enfrentó a varias comunidades autónomas al incluir el trasvase del Ebro.
El ministro, que se reunió con el conseller en Madrid, no fue taxativo a la hora de descartar algún tipo de trasvase pero la literalidad de su respuesta podría haber sido suficiente para tranquilizar a un Govern que no quiere ni oír hablar de la polémica obra. Podría haber sido tranquilizador si no fuera porque en sus relaciones con el Ejecutivo del PP, Recoder es «gato escaldado» como él mismo se definió ayer al recordar como la ministra de Fomento, Ana Pastor, viajó a Barcelona las semana pasada con buenas palabras y dos días después anunció sin avisar que recuperaba el proyecto de corredor central ferroviario que devalúa el eje mediterráneo.
PACTO Cañete aseguró que antes de decidir ningún trasvase se pactarán los planes de cuenca con las comunidades autónomas donde se establecerán los usos del agua. «Este es el método correcto. Y no al revés como se hizo hace diez años», señaló Recoder tras asegurar que en el caso de Ebro se demostrará que cualquier trasvase es inviable.
Y si ayer fue el turno de Cataluña, hoy será el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, quien trasladará al ministro Miguel Arias Cañete la exigencia del «no rotundo al trasvase» en su primer encuentro bilateral para tratar asuntos prioritarios para la comunidad. Lobón intentará asimismo arrancar al ministro algún compromiso al respecto, al tratarse de una reivindicación no solo del PP, sino del pacto de coalición con el PAR.
El consejero parte hacia allí confiado en que las peticiones aragonesas sean «efectivas», a la vista de que en las anteriores reuniones celebradas junto con otros responsables autonómicos, Cañete siempre lo ha sido. No obstante, en sus primeras declaraciones, Cañete no fue precisamente claro en torno al trasvase del Ebro, ni mucho menos a la hora de hablar del futuro Plan Hidrológico Nacional y de sobrantes de agua.
Lobón adelantó que en la agenda de puntos a tratar se incluye también la petición al ministro del ramo de la declaración del decreto de la sequía y el impulso de los planes de desarrollo rural. Así como la gestión aragonesa de la reserva hídrica de 6.550 hectómetros cúbicos y celeridad en la ejecución de las obras pendientes del Pacto del Agua.
Respecto a los compromisos que se puedan derivar del encuentro, Lobón no quiso confirmar nada. No obstante, no se descarta que otro de los temas a resolver sea el nombramiento del nuevo responsable de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que se prevé recaiga en un miembro del PAR. Una decisión que ya ha sido criticada tanto por regantes como por ecologistas.