Mujer preparada y eficaz con la diferencia de vivir y desarrollar su trabajo rodeada de naturaleza en el mundo rural. Ayer, que se conmemoraba el Día Internacional de la Mujer, también cobra especial relevancia el papel que ocupa la mujer en el ámbito antagónico de lo urbano.
Si hay una plataforma que está dedicada de pleno en preservar los derechos de estas féminas y en la lucha y trabajo por defender sus intereses, ésa es la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR). Su presidenta nacional, Lola Merino, ofrecía datos reveladores y de los que se desprende que la mujer rural española es un colectivo de casi 5 millones, con una media de edad de 50 años, casada y con hijos. Y aunque disponer de datos de este perfil es complicado, ya que algunas permanecen en la sobra en el terreno laboral y la mayoría de ellas se declara “ama de casa”.
Sin embargo, el sector agrario en el medio rural es el que más mujeres “emplea” en sus quehaceres y a pesar de ello el colectivo femenino supone sólo el 29 por ciento de titulares de explotaciones en España, lo que corresponde a alrededor de 500.000 mujeres quienes trabajan y son dueñas de sus tierras. Por contra, se estima que la cifra asciende a más de 750.000 las mujeres que en calidad de “ayuda” para la familia están dedicadas a este trabajo en las explotaciones agrarias.
Según datos que ha ofrecido AMFAR extraídos de un estudio realizado por el Instituto de la Mujer, en términos generales, estos miles de mujeres aportan aproximadamente 770 millones de horas anuales a la labor agrícola y ganadera, de las que un 78% no son retributivas.
Es por ello que se lleva luchando durante años por los derechos e igualdad en el campo, de la misma manera que se hace en las zonas urbanas.
Ley de Titularidad Compartida
Los mismos derechos en diferenes condiciones de terreno. El Gobierno nacional ha tomado nota de esta reivindicación con la reciente aprobación de Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias, que entró en vigor el pasado enero. Y es que la incorporación de la mujer rural al mundo laboral de pleno derecho ha sido uno de los hándicaps, según expresaba Merino, pero también existen otros muchos aspectos que levantan dificultades su avance hacia la igualdad real con respecto a los varones.
Por otro lado, pero sin dejar este día mundial, el Área de Mujeres de COAG también se ha querido sumar a las diferentes inciativas puestas en marcha y ha iniciado una gira informativa por todo el territorio nacional sobre la aplicación de la Titularidad Compartida de las explotaciones agrarias. Así, 20 charlas en 11 Comunidades Autónomas, entre ellas Castilla-La Mancha, también en Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla y León Cataluña, País Vasco, Murcia, Comunidad Valenciana y Galicia, se impartirán en las próximas semanas con el objetivo de que agricultoras y ganaderas conozcan la “Marea Violeta” contra el retroceso de las políticas de igualdad, exigiendo a los diferentes gobiernos autonómicos agilidad y rapidez para crear los registros de titularidad compartida, paso previo imprescindible para que las mujeres rurales puedan disfrutar de los derechos económicos y sociales que recoge la nueva normativa sobre titularidad compartida de las explotaciones, publicada en el BOE del pasado 5 de enero. Desde el Área de la Mujer de COAG se exige el cumplimiento de la Ley de Igualdad estatal y de todas las leyes internacionales, actualmente amenazadas con la excusa de la crisis.
Mujer, pilar fundamental
Según la estructura real y efectiva en el mundo rural, la mujer es el pilar fundamental en el que se sustenta una familia y por extensión un municipio de los cientos que existen en Castilla-La Mancha.
Por tanto, se pide atender sus necesidades para frenar el envejecimiento, la emigración y sobre todo, fijar una población, algo que desde una de sus delegaciones de AMFAR en nuestra región recordaban a EL DÍA. Alzan su voz para reclamar un mayor y mejor aprovechamiento de los recursos que tienen las zonas rurales para conseguir el ansiado desarrollo sostenible y que mujeres y también jóvenes sean los protagonistas de este desarrollo. Estos colectivos, sobre todo, son fundamentales para la actividad del mundo rural, por su dinamismo, capacidad de generar empleo y fijación de población
AMFAR considera que las mujeres son vitales para la vida de los pueblos y de las explotaciones agrarias por ello no se debe renunciar al trato igualitario en el trabajo. Es por lo que continúan luchando y trabajando a diario desde federaciones, diferentes asociaciones hasta las propias instituciones.
En definitiva, un día como el celebrado ayer tendría que convertirse en pasado ya que eso significaría que la igualdad se ha logrado sea cual sea el lugar donde se desarrolle la vida. Quizás la sociedad tarde en cambiar esta situación, pero mientras esto no ocurra el día de la mujer cobra mucho sentido y más en nuestros pueblos.
Día Internacional de la Mujer 2012: Este año con acento en la mujer rural
Este año en el mensaje del secretario general del Día Internacional de la Mujer, Ban Ki-moon, hacía especial énfasis en la entrega e importancia de las mujeres y niñas residentes en las zonas rurales de todo el mundo, a quienes está dedicado este día en este año. Además, el secretario general apuntó un dato y es que estas mujeres componen la cuarta parte de la población del mundo, pero, según dijo en su mensaje, suelen ocupar los puestos más bajos en todos los indicadores económicos, sociales y culturales, desde los ingresos y la educación hasta la salud y la participación en la toma de decisiones.
Asimismo, hay que decir que las mujeres rurales, que suman casi 500 millones de pequeñas agricultoras y trabajadoras sin tierra, constituyen una parte importante de la mano de obra agrícola en el mundo.
En su mensaje, Ban Ki-moon, recuerda que estas mujeres “desempeñan la mayor parte de la labor no remunerada de cuidado de personas en las zonas rurales. Sin embargo, las mujeres rurales siguen sin poder alcanzar su potencial. Si pudieran acceder en condiciones de igualdad a los recursos productivos, el rendimiento agrícola aumentaría un 4 por comer, reforzando la seguridad alimentaria y de la nutrición y rescatando del hambre a 150 millones de personas. Si tuvieran la oportunidad, las mujeres rurales también podrían ayudar a poner fin a la tragedia oculta en el ámbito del desarrollo del retraso del crecimiento, que afecta a casi 200 millones de niños en todo el mundo”.