El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha señalado que hará un análisis de las demarcaciones hidrográficas antes de convocar a las comunidades autónomas para un Pacto Nacional, que quiere que sea «fruto del consenso» y «sin sectarismos».
En respuesta a la interpelación del senador del PSC Joan Sabaté Borràs, sobre los criterios en los que el Gobierno va a sustentar el nuevo Plan Hidrológico Nacional y si entre estos está la previsión de trasvases de recursos entre cuencas hidrográficas, Arias Cañete ha señalado que la intención de su departamento es «hacer un trabajo serio, empezando con un análisis de las demarcaciones hidrográficas» y, a partir de ahí, «se convocará las autonomías para un gran Pacto del Agua» en el que «se utilizarán las mejores tecnologías posibles».
El ministro ha señalado que la política hidráulica «tiene que ser una cuestión de Estado» en la que el Pacto Nacional del Agua dé lugar a un Plan Hidrológico Nacional con nuevas infraestructuras hidráulicas para las que se aprovecharán las nuevas tecnologías. «Se va a evaluar cuál es la mejor medida para cada caso y tendrán en cuenta también las condiciones medioambientales», ha apuntado.
Del mismo modo, ha indicado que e Ministerio «no reniega de la desalación» ya que «una vez construidas las plantas desaladoras habrá que utilizarlas» aunque sea para abastecimiento de la población y no agrícola. En este sentido, ha apoyado la depuración combinada con la reutilización.
En este sentido, el senador Sabaté ha preguntado al ministro sobre sus «criticas al sistema de obtención de aguas mediante la desalación» y su «precio excesivo». Al respecto, Arias Cañete ha criticado la política llevada a cabo por el Gobierno socialista que, según ha apuntado, prometió 51 desaladoras sobre plano y «en ocho años ha dejado 17 construidas, 15 en construcción y sin dinero para construir las que faltan».