Si bien los gastos energéticos suponen ya más del 35% de la producción total, todo apunta a que durante esta campaña los regantes verán estrechados aún más sus márgenes comerciales
El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, solicitó hoy al Ejecutivo que estudie una reducción de los costes del suministro eléctrico para el sector agrario como medida para contribuir a compensar los más de 1.500 millones de euros en pérdidas ocasionados por la sequía de estos últimos meses.
Si bien los gastos energéticos suponen ya más del 35% de la producción total, todo apunta a que durante esta campaña los regantes verán estrechados aún más sus márgenes comerciales que se sitúan ya en mínimos históricos debido a varios factores: la caída del precio de los productos agrarios, el alza de los carburantes y la escalada de los costes de producción que vienen soportando desde que en 2008 se incorporaran al mercado libre tras la supresión de las tarifas especiales.
Revisar las tarifas de riego
Ante esta situación y en un momento además en el que se especula con una nueva subida de la luz para compensar el déficit tarifario, insistió en la importancia de revisar el actual sistema de tarificación. Entre sus argumentos están que estos nuevos precios son del todo «abusivos» para un sector que se ha endeudado en la modernización de regadíos ya que entonces se «echaron números» partiendo de un coste energético que ahora se ha multiplicado exponencialmente.
Pagar por consumo real
Con el fin de aliviar la factura energética, solicitó que las comunidades de regantes puedan pagar únicamente por la potencia real registrada y no por la teórica contratada para evitar abonar la totalidad del servicio durante los más de seis meses en los que apenas se utiliza. En la actualidad, el término de potencia representa la cuarta parte de la factura tras haber crecido más del 450% en los últimos cuatro años.
En esta línea, abogó por formalizar dos contratos al año: uno anual con una mínima potencia para el suministro básico de los servicios de mantenimiento de los equipos; y otro de temporada para los meses de máximo consumo (abril a septiembre) en el que se incluya la posibilidad de modificar la potencia en las horas llano y punta en función del mes, así como disminuir el porcentaje obligatorio de consumo en horas valle.
Por último, Fenacore resaltó la necesidad de potenciar el papel de la agricultura como productora de biocombustibles a partir de materias primas oleaginosas (girasol, soja, etc.) o ricas en azúcares (remolacha, maíz, etc.). Esta actividad supondría no sólo una fuente de ingresos para los agricultores, sino una garantía para el abastecimiento de carburantes a precios competitivos, ahora que la cotización del Brent no baja de los cien dólares debido a las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.