El conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, ha rechazado hoy los caudales mínimos fijados por el Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y ha expresado su sospecha de que éstos puedan esconder la intención de acometer un trasvase, posibilidad a la que el Govern se opone. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha propuesto en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro un caudal ecológico muy inferior al que se reclamaba para el tramo final del río Ebro desde las Tierras del Ebro, lo que ha provocado decepción en el territorio.
En concreto, la CHE, que depende del Ministerio de Agricultura, propone una media de 106 metros cúbicos por segundo, lejos de los 125 m3/s que habían reclamado desde la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) y la Generalitat para garantizar la supervivencia del Delta del Ebro.
Como novedad respecto a los caudales fijados en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro en 1998, en esta ocasión se ha presentado un caudal mínimo variable en el calendario, sujeto a las diferentes estaciones del año.
En declaraciones a los periodistas en los pasillos del Parlament, Recoder ha afirmado que su departamento ha recibido como una «mala noticia» y una «desagradable sorpresa» estos caudales mínimos fijados por la CHE porque, ha argumentado el conseller, «contradicen claramente» las cifras aprobadas en su momento por la Generalitat y aceptadas por la comisión de sostenibilidad del río Ebro, así como las directrices marco de la UE en este ámbito.
El conseller ha añadido, además, que estos caudales mínimos fijados por la CHE, que ve como «muy mínimos», pueden esconder la intención del Gobierno de emprender un trasvase del Ebro.
«En ningún caso (estos caudales mínimos) pueden servir para justificar un trasvase del Ebro, cosa que nos tememos que pueda estar detrás», ha insistido el titular de Territorio y Sostenibilidad, para precisar que el Govern se opone «claramente» a esta posibilidad, porque al Ebro «no le sobra ni una gota de agua».