Madrid, 3 may (EFECOM).- El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) ha recordado hoy al PSOE que tenía que haber presentado los planes de cuenca en 2009, después de que esta formación culpara al Gobierno de «marear la perdiz» por no aprobar estos planes y obstaculizar proyectos hídricos.
En declaraciones a EFE, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, ha precisado que los planes de cuenca debieron presentarse antes del final de 2009, «cuando gobernaba el PSOE, y que por esta razón somos el país más atrasado de Europa en la aplicación de la Directiva Marco del Agua», además de indicar que los tendrán preparados antes de que concluya el próximo año.
Ramos ha contestado así a unas declaraciones del portavoz de Agricultura del PSOE en el Congreso de los Diputados, Alejandro Alonso, y de la portavoz de la Comisión para el Cambio Climático de este partido, Cristina Narbona, en las que responsabilizaban al Gobierno por el retraso en la aprobación de los planes de cuenca.
Además, ha indicado que por la demora del último equipo de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero «la Comisión Europea ha puesto de manifiesto que España incumple sus compromisos en materia de aguas».
Ramos, que ha denunciado que el improvisado plan de desaladoras impulsado por el PSOE ha tenido un coste de 2.000 millones de euros, ha comentado que el Ministerio «está impulsando la planificación de las demarcaciones hidrográficas, repasando el estado de situación de cada uno de sus planes hidrológicos y acelerando su aprobación».
Todo ello, ha indicado el secretario de Estado, «con el objetivo ineludible de tener revisados y terminados todos los planes de cuenca en el mínimo tiempo posible, a lo largo del próximo año».
En su opinión, la nueva estructura de gestión y decisión establecida entre el Ministerio y las Confederaciones Hidrográficas, «más coordinada, redundará en una aceleración y finalización de los planes de las demarcaciones hidrográficas».
Federico Ramos también ha desmentido, ante las acusaciones vertidas por Alejandro Alonso, que los gobiernos populares «hayan obstaculizado la puesta en marcha de proyectos hídricos como las desaladoras».
El secretario de Estado ha asegurado que estas infraestructuras -desaladoras- «no se dimensionaron de la forma adecuada, ni se planificaron correctamente», porque fueron «una improvisación del PSOE de más de 2.000 millones de euros con un recurso tan valioso como el agua», lo que «merece todas nuestras críticas».
Ramos ha criticado el plan de desaladoras desarrollado por el PSOE en el anterior Gobierno, por su «inversión descomunal y porque no se analizaba la mejor tecnología a aplicar».
En este sentido, ha comentado: «Nos hemos encontrado con una herencia envenenada en materia de desaladoras», dado que en algunos sitios carecen de suministro eléctrico suficiente para funcionar a pleno rendimiento o en otros ofertan agua a unos precios que el mercado no puede costear. EFECOM