La consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano, rechazó ayer la decisión de Bruselas de reformar la Política Agrícola Común (PAC) para que un 30 por ciento de los pagos directos se otorguen a aquellos agricultores o ganaderos que presten ciertos «servicios ambientales», como el barbecho obligatorio para un porcentaje de la tierra, el mantenimiento de pasto permanente o la rotación de cultivos.
María Luisa Soriano pidió al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que defienda ante las autoridades comunitarias la eliminación de este requisito y, en el caso de que no sea posible, una reducción «considerable» de este porcentaje, además de desligar por completo el cumplimiento de este nuevo requisito con el «pago básico» a agricultores y ganaderos.
La titular de Agricultura, que realizó estas declaraciones tras asistir a la reunión del Consejo Consultivo de Política Agrícola para asuntos Comunitarios, en Madrid, también defendió la necesidad de «flexibilizar» las nuevas demandas de Bruselas para percibir subvenciones, y que afectarían a unos 95.000 agricultores y ganaderos de la región, según las estimaciones de la Consejería.
«Estas nuevas medidas hacen inviable y poco rentable la mayoría de nuestras explotaciones, incrementan los costes de producción y, por tanto, reducen aún más la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas en unos momentos de crisis y de delicada situación económica. Nuestros agricultores y ganaderos ya están soportando gran cantidad de exigencias y requisitos medioambientales, y entendemos que no se pueden incrementar todavía más», afirmó.
Para María Luisa Soriano, esta reforma de la PAC ya ha suscitado el rechazo de la mayoría de las comunidades autónomas y de las asociaciones agrarias porque, en realidad, supone un recorte de las ayudas para el sector al imponer unos requisitos «difíciles de cumplir» y reducir la rentabilidad de las explotaciones.
«Obligaría a muchas explotaciones a tener que diversificar los cultivos y mantener hasta tres cultivos distintos. Esto, en el momento que estamos, con los productores muy débiles en la cadena agroalimentaria, provocaría una mayor atomización del sector primario y los debilitaría aún más», concluyó.