Según aseguró, este agua «aumentará, a buen seguro, los acuíferos y supondrá la regeneración de la flora de los bosques valencianos, sin que ello suponga apenas perjuicio para los cultivos, pues la inmensa mayoría están en parada».
Para la UPA-PV, «el agua caída sólo traerá beneficios, sobre todo para las cuencas de los ríos Segura y Júcar, pero también para el Túria y el Mijares, y lo que es más importante en la regeneración de los acuíferos que así podrán abastecer en la próxima temporada los cultivos».
La organización destacó que únicamente las variedades de clementinas de mediana estación, como la clemenules o la orogrande, que todavía están por recolectar, «pueden verse afectadas negativamente por estas lluvias», en el caso de que se prolongaran varios días.
En concreto, alertó de que podría aparecer el ´pixat´, paso previo a la podredumbre o el ´bufado´ de la corteza respecto de la pulpa, aunque el primero «en la mayor parte de los casos está cubierto por el seguro». De la misma forma, las variedades de naranja navel pueden soportar la ´clareta´, unas abolladuras en la piel del fruto que no incide en su calidad.
El agua, además de no ser negativa para los cultivos, «tendrá un efecto beneficioso para los bosques valencianos, pues servirá de limpieza del sotobosque y de reposición de los pastos para la ganadería».