Durante los próximos 25 años, los regantes de la comunidad de regantes del canal del río Turia disfrutará de una concesión para utilizar el agua depurada de la planta de Pinedo en los arrozales que rodean el lago de la Albufera. Así lo determina la resolución firmada por la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar, María Ángeles Ureña, que incluye varias condiciones en el permiso.
La más importante es la que se refiere al caudal máximo para no perjudicar a la fauna por un exceso de nutrientes, es decir, fósforo y nitrógeno. Según el documento, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, la concesión tiene un máximo de 32,2 millones de metros cúbicos al año, aunque durante el periodo que va de mayo a septiembre no podrá superarse la cifra de 28 millones de metros cúbicos. Esta temporada coincide con la etapa de mayor necesidad de los cultivos, aunque los técnicos han puesto un tope.
El motivo se explica en el mismo documento. «Debido a que las aguas residuales pueden aportar una carga adicional de nutrientes, sobre todo fósforo, al lago de la Albufera, especialmente en lo que se refiere a la línea de tratamiento destinado a riego, la cual no incluye una reducción específica de nutrientes, no resulta adecuado un suministro de un volumen fuera del periodo del arrozal para evitar la llegada de sobrantes y se debería ser especialmente cuidadoso con la calidad de dicho suministro».
Precisamente hace unos días un estudio de la Universitat de València alertaba del aumento de microalgas tóxicas en el humedal debido a la falta de renovación de agua de calidad, es decir, de río. Además, se hablaba también de las precauciones a tomar ante la utilización de los caudales de las depuradoras para mantener un nivel de calidad.
Los propios técnicos de la Confederación ya advierten del empleo masivo de este agua para la supervivencia del lago. Fuera del periodo del arrozal, es decir, de mayo a septiembre, indican en un informe de 2009 adjunto a esta resolución que «se debería ser especialmente cuidadoso». La toma de aguas de la depuradora de Pinedo se realiza después de un complejo proceso, donde hace años se añadió el llamado sistema terciario para eliminar impurezas que dañasen la fauna.
Las instalaciones actuales incluyen un pretratamiento con distintas rejas para el filtrado de residuos gruesos y finos, así como un tamizado y otras fases para el desarenado y desengrasador de los caudales de aguas residuales. Después llega el tratamiento primario, con la mezcla de productos químicos y la decantación.
El secundario trata de la eliminación de fangos y nitrógeno, mientras que el terciario, que permite su paso a la Albufera, consta de una desinfección del agua con ultravioletas. Los caudales que no van al lago se vierten al mar directamente a través de un emisario que descarga en los aledaños del Club Náutico. El parque natural tiene otras depuradoras de menor calado que hacen la misma función, con filtros verdes para purificar el agua, es decir, vegetación que retiene el exceso de nutrientes.