La sociedad estatal Aguas del Júcar, ahora integrada en Acuamed, ha decidido modificar nuevamente el trazado del trasvase Júcar-Vinalopó con el objetivo de reducir el previsible impacto ambiental de la obra, según aseguraron fuentes de la empresa pública.
Los cambios se producen a un mes vista del inicio de las obras -en torno al 14 de febrero- que podría ir precedido de la colocación simbólica de la primera piedra a cargo de la ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona.
Las modificaciones son consecuencia de las aportaciones de las empresas que han resultado adjudicatarias del proyecto y ejecución de los distintos tramos y de algunos ayuntamientos que habían planteado objeciones al trasvase.
Los cambios afectan a los tramos A,C, D y E, aunque tras ser analizados por la Secretaria General para la prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, del Ministerio de Medio Ambiente, este organismo ha concluido que no requieren la formulación de una nueva Declaración de Impacto Ambiental que hubiera provocado importantes retrasos en la ejecución de las obras.Los cambios en el nuevo trazado arrancan en el mismo azud de La Marquesa, donde Aguas del Júcar ha optado por una modificación sustancial que reduce la longitud de la tubería desde los 6.873 metros iniciales a 5.690 (1.183 menos), incluyendo un tramo de 210 metros que conduce el agua desde la obra de toma ea 50 metros aguas arriba del azud hasta la estación de bombeo, que se separa en esa longitud (210 metros) del margen del Júcar. La modificación permite reducir también la longitud afectada por la obra en la zona húmeda Marjal y Estany de la Ribera Sur del Xúquer (1.350 metros menos) lo que a juicio de los proyectistas constituye una «notable» mejora medioambiental. Según el informe remitido al ministerio, la separación de la estación de bombeo del margen del río Júcar «supone importantes ventajas desde el punto de vista estructural, al mejorar considerablemente las condiciones de cementación de la estación». Además, el trazado se resuelve «con curvas suaves, eliminando una seria de codos bruscos que eran necesarios para ajustar el trazado a una serie de caminos existentes.
«De este modo- se afirma- se mejoran las condiciones hidráulicas de la impulsión».
Un sifón más corto
Quizá la modificación más relevante en el trazado respecto al proyecto informativo que recibió la Declaración de Impacto Ambiental favorable el 8 de mayo de 2006 es la referida a los cambios sufridos por el denominado sifón de Barxeta, de 19.814 metros de longitud.
El sifón, formado por tubería de 1.930 milímetros arrancará en el lugar previsto aunque desde ese momento modifica su trazado en unos 10 kilómetros lo que permite reducir su longitud final en 1.814 metros. El cambio, introducido a instancias del Ayuntamiento de Barxeta, discurre mayoritariamente por terrenos de labor y no por terrenos forestales abruptos y tiene un menor coste, según fuentes de Aguas del Júcar.
Finalmente, los tramos A y D también sufrirán cambios al modificarse la ubicación de la denominada balsa de la Venta del Potro, de donde partía la impulsión que conecta con el antiguo tramo V de la viaje conducción Cortes de Pallás-Vinalopó.
La balsa se desplaza 4,5 kilómetros aguas arriba sobre la traza inicial y permitirá un ahorro en longitud de algo más de cuatro kilómetros además de evitar la construcción de varios tanques de hormigón de unos 1.000 metros cúbicos de capacidad destinados a evitar los temidos golpes de ariete. Los cambios, que afectan también al tendido eléctrico que alimentará las estaciones de bombeo se justifica, según Aguas del Júcar en razones «ambientales» y «técnico económicas» que mejoran el trazado y suponen «una importante reducción del presupuesto de las obras