El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunció ayer en Villena, donde asistió a una reunión con la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó, que el Consell defenderá ante el Gobierno que la «permanencia» del trasvase Júcar-Vinalopó «quede garantizada», y subrayó que se trata de una infraestructura hídrica «estratégica que posibilita un uso sostenible del agua», y a la recuperación de la toma de Cortes de Pallás, en lugar de la Marquesa.En su intervención en el encuentro, destacó que el trasvase «es un ejemplo» de distribución «solidaria y eficiente» del agua «para satisfacer» las necesidades de los regantes. «Es una infraestructura hídrica estratégica que posibilita un uso sostenible del agua y es una gran garantía para el futuro de una agricultura rentable», enfatizó Fabra, que ha tardado dos semanas a pronunciarse públicamente, tras revelar este periódico las intencione del Ministerio de Agricultura de excluir de la futura demarcación hidrográfica del Júcar las comarcas de l´Alacantí y la Marina Baixa, lo que significará la ruptura del trasvase.»Para nuestros campos el agua es un factor clave en cantidad, calidad y precio para asegurar el futuro y seguir generando prosperidad y empleo», recalcó. Finalmente, Fabra señaló que la Generalitat está «en plena colaboración» con la Confederación del Júcar «para que se llegue a un acuerdo viable y definitivo, que permita a las comarcas alicantinas del Vinalopó, l’Alacantí y la Marina Baja recibir el agua prevista en las condiciones de calidad y precio adecuadas».
Reunión en Madrid
Por su parte, el secretario de Estado de Agua, Federico Ramos y la directora general, Liliana Ardiles, colaboradores directos del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se comprometieron a su vez el martes con la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó, a buscar una solución que evite el bloqueo del trasvase, amenazado gravemente en estos momentos por el proyecto del Ministerio, impulsado por la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, de excluir a las comarcas de l´Alacantí y la Marina Baixa, de la futura demarcación hidrográfica del Júcar.
Ramos y Ardiles se reunieron el pasado martes con una delegación de los regantes y usuarios alicantinos en Madrid para intentar calmar los ánimos, tras el incendio que ha provocado en la Junta Central, apoyada por la Diputación, el decreto en el que se perfila el nuevo mapa de las demarcaciones hidrográficas, con la creación de las denominadas Cuencas Internas de la Comunidad Valenciana, que dejaría en manos de la Generalitat comarcas sin ríos. Iniciativa que, además, daría el control del Júcar a Castilla-La Mancha, tal como han advertido los regantes y la Universidad de Alicante, dejando herido de muerte al trasvase Júcar-Vinalopó e, incluso, al abastecimiento de la propia ciudad de Valencia, cuyo suministro depende de un trasvase Júcar-Turia. La Junta expresó su malestar y recibió noticias tranquilizadoras, pero también un mensaje claro en Madrid. Desde el Ministerio se les trasladó su sorpresa porque reaccionen ahora de esta manera, cuando, según Agricultura, la tramitación del decreto de demarcaciones se realizó con el visto bueno de la que entonces era consellera, primero del Consell de Camps y después del de Alberto Fabra, Maritina Hernández. Por otro lado, el Ministerio reiteró que no pone pegas siempre a la toma de Cortes que haya acuerdo con la Acequia Real.