La presidenta de la Comunidad de Madrid anda, como decimos por aquí, sembrada últimamente. Primero fueron las afirmaciones que hacía en su libro diciendo que con 8.000 euros no llegaba a fin de mes. Unas afirmaciones que molestaron profundamente a más de uno. Especialmente a los jóvenes que a pesar de tener una formación universitaria y en muchos casos un postgrado son «mileuristas» o ni siquiera eso.
O que se lo digan a los pensionistas que tras toda una vida de trabajo tienen que pasar el mes haciendo cuentas y más cuentas con pensiones que en la mayoría de los casos no llegan a los 600 euros.
O a las familias que están hipotecadas hasta el cuello para vivir en un piso en el que apenas se pueden mover y con la amenaza constante de una nueva subida.
Ahora la señora Aguirre se ha vuelto a meter en un terreno pantanoso acusando a los agricultores castellano-manchegos de regar «a manta». Un tópico tan usado ya por el Levante que desgraciadamente se está extendiendo a otros puntos de España sin que nadie venga ni siquiera a comprobar si sus afirmaciones son ciertas.
Los que sí que lo hacen y los que gestionan el agua reconocen que en Albacete y en Castilla-La Mancha se ha hecho un gran esfuerzo de modernización de regadíos y que en muchos casos nuestros regantes son un ejemplo de buena gestión. Alguien debería asesorar a Esperanza Aguirre mejor pero también a nuestros políticos porque lo cierto es que nuestra región en determinados temas sigue teniendo muy, pero que muy, mala prensa.