La imagen típica, clásica, del campo albaceteño es la de la ‘tríada mediterránea’, esto es, cereal, vid y olivo. Pero, en los últimos veinte años, la provincia de Albacete se ha convertido en una pequeña potencia en el sector de las frutas y hortalizas.
De esta forma, nuestra provincia será de una de las zonas de España que se verán afectadas por la inminente reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del sector. Reforma que será objeto de una primera propuesta por parte de la Comisión Europea la semana que viene.
Precisamente, la consejera de Agricultura, Mercedes Gómez, daba ayer una rueda de prensa para dar a conocer la postura del gobierno regional sobre esta OCM, cuyas discusiones comenzarán en abril, para aprobarse en junio y entrar en vigor el 1 d enero de 208.
«Aunque no sabemos todavía el contenido de la propuesta, la Comisión, como es habitual, ha dejado caer algunas de sus premisas básicas», señaló la consejera. Estas premisas tienen que ver, entre otros aspectos, con el dinero, las medidas agroambientales o el desacoplamiento de las ayudas.
En estos momentos, hay 15 Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas en Castilla-la Mancha. De ellas, nueve están en Albacete y de las nueve que están en Albacete, seis tienen ámbito nacional. Además, cabe recordar que nuestra provincia lidera la producción nacional de cebolla.
Centrándonos en la propuesta de nueva OCM, y hablando de lo importante -el dinero-, la idea de la Comisión es que todo siga igual, esto es, que las ayudas sigan siendo el 4’1% del valor de la producción comercializada. Un porcentaje que, a juicio de Gómez, se queda corto.
«Una organización de productores debe contar con su plan operativo», explicó, «y este plan no sola abarca los aspectos productivos, también los de promoción, comercialización, formación, los seguros agrarios… Está claro que un 4’1% para hacer todo esto es muy poco, a nuestro juicio, debería ser un 6%».
En lo tocante al reparto de estos fondos, la propuesta de la CE pretende que al menos el veinte por ciento de las ayudas se destinen a actividades agroambientales, esto es, a la protección del medio ambiente. Algo que, a juicio de la consejera, es excesivo.
«En primer lugar, las prácticas de nuestros productores ya son bastante respetuosas con el medio ambiente», afirmó, «pero es que, además, echamos de menos medidas en otros terrenos más importantes para nuestros productores como, por ejemplo, que a los países que exportan sus ajos, cebollas o champiñones a la UE no se les exija lo mismo que a los agricultores europeos en materia sanitaria, de calidad o de protección al medio ambiente».
Por último, hay unasunto relacionado con el desacoplamiento de ayudas y producción que preocupa especialmente a la consejera «y es que la Comisión Europea debería incluir en su propuesta la prohibición de cultivar frutas y hortalizas en tierras que ya cobran ayudas desacopladas por otra clase de producción» ya que a su juicio existe el riesgo de provocar «un exceso de producción» que perjudicaría a todo el sector hortofrutícola español.