El Consejo del Agua ha aprobado el nuevo plan hidrológico de la demarcación del Ebro, que supone el penúltimo trámite en la cuenca, y que creará 18.000 puestos de trabajo anuales y generará 600 millones de euros de inversión al año en su periodo de vigencia, desde que se apruebe definitivamente hasta 2015.
Así lo ha expresado en rueda de prensa el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro, quien se ha felicitado por el «amplísimo consenso» que ha logrado el texto, con 74 votos a favor, 9 en contra –de Chunta Aragonesista (CHA), Generalitat de Cataluña y ecologistas– y cinco abstenciones –de Izquierda Unida (IU), empresas hidroeléctricas y asociaciones sindicales–.
De Pedro ha comentado que el plan ha recibido el respaldo de ocho de las nueve Comunidades autónomas de la cuenca –Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja, Navarra, Aragón y Comunidad Valenciana–, de los entes locales, los regantes y uno de los tres representantes de empresas hidroeléctricas, ha citado.
A su entender, «los votos en contra no pueden ensombrecer» el acuerdo suscitado, teniendo en cuenta que es «difícil buscar el equilibro» y que todos los integrantes del Consejo del Agua –que representan los diferentes intereses en torno al agua en este territorio– «tengan plenamente satisfechas» sus peticiones de forma simultánea, para asegurar que «todos han tenido que renunciar a algo» lo que denota «un ejercicio de responsabilidad».
En este sentido, ha apuntado que las ayudas agrícolas de la Unión Europea están condicionadas a la aprobación de este plan, que lleva un retraso de cinco años, ya que «debería haber aprobado a finales de 2009», mientras que la UE también controlará las inversiones y si no se cumplen «puede haber sanciones».
En relación con estas últimas, ha reconocido que ha habido una reducción del 30 por ciento de las previsiones iniciales por la crisis económica y ha subrayado que todas las Administraciones públicas implicadas en ellas, la del Estado, las Comunidades autónomas y los municipios, las han confirmado.
Sobre estas y los puestos de trabajo que se generen, ha glosado que se refieren a obras de mejoras medioambientales, actuaciones de saneamiento, de depuración, acciones en cauces, regulación de ríos y nuevos regadíos, creando un empleo «estable» y «diversificado», ha apostillado De Pedro.
CAUDALES ECOLÓGICOS
El nuevo plan incluye la necesidad de fijar caudales ecológicos aguas abajo del embalse de El Grado y en el río Segre a su paso por Lérida, cuyo ayuntamiento ha apoyado el plan.
Además, se recoge un caudal mínimo para el Delta del Ebro de 3.200 hectómetros cúbicos al año, que se ha aumentado respecto a la situación anterior, cifra que «con toda seguridad» será mayor habitualmente, si bien ha precisado que la cuenca sufre de forma periódica sequías por lo que no se podía aceptar la petición de la Generalitat de Cataluña de que el caudal fuera de 7.000 hectómetros cúbicos anuales en años secos.
Al respecto, ha apuntado que el año pasado, de fuerte sequía, el caudal fue de 3.800 hectómetros cúbicos y ha comentado que de haberse aceptado la petición del Gobierno catalán se habrían «hipotecado» los usos del resto de integrantes de la cuenca.
Por otra parte, el nuevo plan reconoce la existencia de un déficit hídrico en usos agrarios de 900 hectómetros cúbicos «por insuficiencia de recursos», «más acusado en la margen derecha», que, en parte, se podrán paliar con las obras de regulación previstas.
De Pedro ha asegurado que se «asume» el impulso a estas actuaciones para «dar pasos definitivos para su consignación presupuestaria». Asimismo, ha aclarado que el apoyo de los regantes a la revisión del plan en 2015 se ha condicionado a que haya partidas para esas obras.
RESERVAS HÍDRICAS
El presidente de la CHE ha subrayado que el nuevo plan mejora algunas reservas hídricas, por ejemplo, se ha incluido una para la Diputación Provincial de Álava, se ha aumentado la de la Comunidad de La Rioja y hay una nueva reserva de 445 hectómetros cúbicos año para Cataluña, especialmente para la cuenca del Segre y en el Ebro, para el desarrollo de regadíos. También se recogen los 6.550 hectómetros cúbicos para Aragón.
Por lo que se refiere a la abstención de dos de los tres representantes de las hidroeléctricas, De Pedro ha comentado que querían que el plan recogiera un derecho de indemnización por la implantación de los caudales ecológicos que limitaran sus derechos concesionales.
Según ha puntualizado, la Ley de Aguas vigente «establece que son restricciones a los usos con carácter general y previo al ejercicio de los derechos» por lo que esa petición no se podía incluir y en el mismo sentido se ha pronunciado el Consejo de Estado.
El presidente de la CHE ha enfatizado, respecto a los usos hidroeléctricos, que «por primera vez se incluye que la Confederación pueda gestionar aprovechamientos de este tipo para el cumplimiento de los fines del plan», si bien se exige que el destino de esos rendimientos sea para la eficacia y modernización de regadíos y restauración medioambiental.
Otro asunto analizado ha sido el «temor a la expansión» del caracol manzana, una especie invasora que actualmente está en el Delta del Ebro, asunto que se analizará este viernes en el Comité de Autoridades Competentes.
ÚLTIMO TRÁMITE
El presidente de la CHE ha informado de que este viernes el plan tendrá que recibir el visto bueno en el Comité de Autoridades Competentes, «último trámite en la cuenca», donde espera que sea apoyado ya que quienes están representado en él son las administraciones públicas, que este jueves han votado a favor.
Después, el documento se remitirá al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, quien deberá aprobarlo definitivamente mediante un real decreto, algo que tendrá lugar antes de que concluya el año, ha asegurado.
De Pedro ha manifestado que este será el primer plan elaborado teniendo en cuenta la Directiva Marco del Agua, que vela por el buen estado y calidad de las masas hídricas, por lo que incluye «muchas medidas» en este sentido que permitirán pasar del actual 70 al 85 por ciento de masas con «buena salud» en la cuenca.
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