La reforma energética del ministro Soria para tratar de enjugar el déficit eléctrico ha logrado enfadar a todos los sectores por incrementar precios y, en el caso de las renovables, recortar beneficios. Los últimos que han manifestado su rechazo han sido los regantes. La federación nacional que los agrupa ha advertido de que los nuevos precios de acceso a la energía eléctrica supondrán para los regantes un encarecimiento medio de su factura eléctrica de entre un 7% y un 15% en función de las potencias contratadas y los consumos realizados en cada caso. En el caso de los extremeños (hay unos 20.000, con 220.000 hectáreas de regadío), esa subida significaría casi un millón de euros más sobre lo que ahora pagan.
«El regadío no puede asumir un sobrecoste de ese tipo. Esa subida es un escándalo», resume Javier Aguado, presidente de la Federación de Asociaciones de Regantes del Guadiana. Miembros de este colectivo junto al de los regantes del Tajo, presidido por Francisco Gómez, expusieron al consejero de Agricultura, José Antonio Echávarri, la incidencia de la subida decidida por el Gobierno. Se de la circunstancia de que hace ahora dos años mantuvieron una misma entrevista para lo mismo, cuando entonces las tarifas eléctricas para los regantes aún no se habían disparado.
«Hasta 2008 teníamos una tarifa especial pero a partir de entonces desapareció y el recibo comenzó a subir. Pero lo de ahora es realmente catastrófico para la viabilidad del regadío. Es inasumible», concretó Aguado. Las dos federaciones de regantes recogieron el apoyo de la Consejería de Agricultura a sus reivindicaciones. La Junta presentará la próxima semana en la Asamblea una iniciativa en este sentido.
La subida del precio de acceso hará que si un agricultor pagaba hasta ahora unos 7 euros al año solo por kilovatio contratado (aparte, obviamente, va el consumo), a partir de ahora deberá abonar 110.
Las comunidades de regantes piden al Ministerio de Industria que se pague únicamente por la potencia real registrada y no por la teórica contratada para evitar el gasto de un servicio que no utilizan fuera de la época de riego (de abril a octubre).