Los agricultores albaceteños están a punto de acabar el verano de la misma forma que terminaron la primavera, mirando al cielo y echando cuentas de los daños que les han producido, una vez más, las inclemencias del tiempo.
El pasado miércoles, a las siete de la tarde, dos tormentas, no una, entraron en la provincia por la comarca de Villarrobledo; se adentraron en La Manchuela, y cogieron dirección sur y luego torcieron hasta la capital provincial, donde acabaron de descargar.
De acuerdo a los datos que ayer llegaban a las sedes de Asaja y UPAen Albacete, la intensidad de la tormenta fue muy irregular, pero el frente fue muy amplio, de entre 20 y 30 kilómetros. Hubo zonas en que solo fue el típico aguacero de verano; en otras, llovió con intensidades de entre 30 y 40 litros por metro cuadrado «e incluso tenemos noticias de puntos muy concretos en los que llegó a caer piedra, como pasó en Pozo Lorente», indicaba ayer Julián Martínez, secretario provincial de UPA.
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