trasvase Júcar-Vinalopó requerirá de una nueva inversión de seis millones de euros para ponerse en marcha. A pesar de que la tubería está terminada –y que el baipás permitiría enviar agua directamente a los regantes mientras se repara el embalse de San Diego–, el Consell acaba de iniciar las obras de una nueva balsa de regulación al inicio del postrasvase, que debe repartir el caudal entre los usuarios.
Según las fuentes consultadas por ABC, la balsa de La Cuesta, con capacidad para 620.000 metros cúbicos de agua, supondrá una inversión total de seis millones de euros, que ya está consignada, y el plazo de ejecución se prolongará hasta 2015.
La construcción de esta balsa permitirá regular los caudales que se depositarán en la balsa de San Diego, procedentes del trasvase Júcar-Vinalopó, al tiempo que permitirá romper la carga de presión con la que llega. De no contar con esta segunda balsa, según las mismas fuentes, la presión del agua provocaría la rotura de las tuberías ya instaladas por la Generalitat en el post-trasvase.
La necesidad de esta segunda balsa se detectó hace un par de años, a punto de iniciar las pruebas de llenado del embalse de San Diego. Inicialmente, se había previsto la captación de energía en dicho embalse, lo que aliviaba la carga de presión en las tuberías del postrasvase. Sin embargo, al eliminarse finalmente dicha posibilidad, las tuberías no resistirían la presión del agua, según las mismas fuentes.
«Consenso y solidaridad»
Mientras, cabe recordar que la sociedad estatal Acuamed, promotora de las obras del Júcar-Vinalopó, tiene previsto invertir otros 300.000 euros para impermeabilizar el embalse de San Diego, tras detectarse diversas fugas durante las pruebas de llenado. Una vez resuelto el problema, se volverá a llenar la balsa –con capacidad para 12 hectómetros– para comprobar si se han solucionado las pérdidas. Los trabajos avanzarán en paralelo en la nueva balsa de regulación de La Cuesta.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, presidió ayer el acto de colocación de la primera piedra, junto al presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó-Alacantí, Andrés Martínez.
Fabra señaló que el trasvase «es un ejemplo de distribución solidaria y eficiente del agua para satisfacer las necesidades de todos», y apostó por «una nueva planificación hidrológica basada en el consenso y en la solidaridad». En este sentido, cabe recordar que los usuarios alicantinos piden que se recupere la toma original del trasvase, en Cortes de Pallás.
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