La portavoz parlamentaria del PSOE, Soraya Rodríguez, se comprometió ayer en su visita a la Ribera a que su partido modifique el Plan de Cuenca del Xúquer para dar una asignación directa de aguas superficiales a la comarca en caso de que vuelva a gobernar en España y si, finalmente, el ejecutivo de Mariano Rajoy no atiende las alegaciones al actual proyecto -en período de exposición-. Los socialistas ribereños logran así arrancar un compromiso al PSOE nacional de cara al futuro en su particular cruzada contra la contaminación del agua.
Tras conocer de primera mano el problema de los nitratos y los herbicidas en la Ribera, Rodríguez lamentó que «no se hayan puesto en marcha acciones para garantizar el acceso al agua potable de calidad, que es un derecho fundamental» y criticó que «todos los compromisos adquiridos se han paralizado porque la Ribera ha dejado de ser una prioridad para el Gobierno de España». Ante esto, señaló que «no se entiende cómo el Consell y Fabra, que siempre se mostraron como unos gobernantes reivindicativos que culpaban de todo a Zapatero, ahora han enmudecido».
Tras mantener una reunión de trabajo con alcaldes y cargos públicos en Sueca, Rodríguez se trasladó hasta la Garrofera (Alzira), donde visitó los pozos abandonados que en su día se perforaron para abastecer de agua sin nitratos a 13 municipios, una infraestructura de 13 millones que no ha llegado a utilizarse.
Posteriormente, la nutrida comitiva, liderada por el secretario general del PSPV, Ximo Puig, pasó por la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) con la intención de visitar las obras, cuya inaguración está prevista para la próxima semana. Sin embargo, como se anunció, los socialistas tuvieron que conformarse con contemplarla desde el camino de entrada, puesto que el Consell no dio autorización para acceder e impidió el paso con una valla y personal de seguridad.
Císcar, en Alzira
Por su parte, el vicepresidente del Consell José Císcar, se dio cita también por la mañana en Alzira con alcaldes y concejales de municipios de la comarca para analizar el proyecto de la potabilizadora, según informó EFE. Císcar denunció «años de indiferencia y dejadez del gobierno socialista» para acabar las obras y añadió que «con sólo el 0,2 % del dinero que el ejecutivo de Zapatero malgastó en desaladoras, la Ribera del Xúquer habría tenido agua de calidad en 2005».