La recuperación de la toma de Cortes de Pallas como alternativa al Azud de la Marquesa en el trasvase Júcar-Vinalopó ha reabierto las tensiones entre los regantes de la provincia de Valencia y los de Alicante. La Generalitat t el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente firmaron un protocolo que, entre otras cuestiones, acuerda la recepción de agua para el trasvase Júcar-Vinalopó desde el Azud de la Marquesa, es decir, la toma actual, e incluye en el Plan del Júcar una asignación de 80hm3, de los cuales al menos 12 hm3 procederán de aguas superficiales no asignadas de aguas abajo de Tous, es decir, la toma de Cortes de Pallas.
Los regantes valencianos, que se abstuvieron durante la votación del Plan del Júcar, consideran que el acuerdo alcanzado es el menos malo en estos momentos, ya que por un lado abre la puerta a la toma de caudales en Cortes de Pallás, pero por otro garantiza la inversión de casi 50 millones de euros en planes de modernización de regadíos en la Ribera del Júcar, un proyecto que lleva años paralizado.
Menos comprensivos se muestran los representantes de Xúquer Viu, quienes consideran que la Generalitat «ha cedido ante el ‘lobby’ alicantino» para recuperar la citada toma de Cortes de Pallás.
Por su parte, Asaja Alicante valoró positivamente la labor de la Conselleria de Agricultura y Diputación de Alicante en defensa de los intereses hídricos de la provincia. En un comunicado, el presidente de Asaja Alicante, Eladio Aniorte, afirmó ayer que «por fin se ha impuesto la lógica y se han frenado las intenciones de las organizaciones que representan a los agricultores valencianos. No deben temer nada. A nosotros no nos interesa perjudicar el sistema hídrico, necesitamos el agua más que nadie para poder desarrollar nuestro trabajo. Por ello, cuando no se pueda coger el agua desde Cortes de Pallás, nos conformaremos con Azud de la Marquesa, pese a su baja calidad. Vaya de primeras nuestra buena fe y el compromiso de que sólo se realizarán desembalses de Cortes cuando haya sobrantes».
Aniorte considera que «el cambio de la toma del trasvase Júcar-Vinalopó fue un disparate, un profundo error que ha dilapidado 400 millones de euros de dinero público. Ahora, casi una década después parece que han aportado una solución válida. Agradecemos más que nunca las buenas decisiones adoptadas y el trabajo desarrollado por el conseller José Císcar».
Por su parte, la Unió de Llauradors afirmó ayer que «el Plan Hidrológico del Júcar consolida los regadíos de la Mancha Orienta, que no están cuantificados ni controlados; consolida explotaciones alegales de pozos, y abre la posibilidad de ampliar nuevos regadíos al pasar de una dotación de 65 a 100 Hm3 para comercializar productos agrarios una agricultura con escasa rentabilidad y muy subvencionada».
La organización agraria cree que «esta circunstancia provocará que se limite el agua a la Ribera en el presente y le deje sin alternativas de cultivo en el futuro» porque «ni siquiera le mantiene lo que actualmente hay». Además, afirman que «implica también que haya menos agua para trasvasar al Vinalopó, por lo que los regantes de esta comarca alicantina se verán afectados negativamente por este plan de demarcación».
Compromís y EU también han criticado el Plan del Júcar «porque pone en peligro la Albufera y a los regantes», mientras que en Castilla-La Mancha la satisfacción por el acuerdo ha sido generalizada.
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