El conseller de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua y portavoz del Consell, José Císcar, aseguró ayer que desde el Gobierno valenciano se va a «procurar el máximo consenso» para el trasvase Júcar -Vinalopó, al tiempo que ha señalado la necesidad de que los usuarios entiendan que la escasez hídrica de la cuenca del Vinalopó es una «situación que se debe resolver». Císcar se pronunció así a preguntas de los medios de si el protocolo al plan de cuenca del Júcar supondrá utilizar una toma de agua en Cortes de Pallás, así como por las quejas de regantes.
En este sentido, remarcó que el Gobierno valenciano «tiene la obligación de buscar ante una situación de déficit hídrico severo y muy objetivo» y el sistema Vinalopó-Alacantí-Marina Baixa forma parte, «guste más o menos, forma parte de la Demarcación Hidrológica del Júcar», dijo.
Por tanto, «no lo queremos hacer perjudicando a nadie» y «vamos a buscar consensos» pero «todos tienen que entender que hay muchas aristas que se tienen que pulir», apuntó Císcar. El conseller dijo que las medidas de este protocolo consisten en «avanzar en la resolución de problemas en lo que se refiere a las obras de modernización de regadío tradicionales en la Ribera del Júcar y combatir la escasez hídrica».
Por lo que se refiere a los regadíos, aseguró que las administraciones «van a realizar un importante esfuerzo» y que «una parte de los ahorros que se generen en este proceso tienen que ir a reducir la situación de escasez hídrica del Vinalopó, agravada por la sobreexplotación de acuíferos».
En cuanto a la posibilidad de habilitar una segunda toma para el trasvase Júcar -Vinalopó, explicó que en el protocolo se dice expresamente que «cualquier solución de futuro pasa por que entre en esa solución para que llegue agua al Vinalopó tiene que salir una parte de la toma del Azud de la Marquesa», al tiempo que se revisará la segunda toma. «Pero no está dicho que tenga que ser en Cortes de Pallás, ni cualquier otro lugar», precisó.
Císcar dijo en este sentido que, cuando se planificó una toma en Cortes de Pallás, que luego se cambió al Azud de la Marquesa, el Gobierno contó con una subvención de la UE de cerca de 120 millones. Al respecto, advirtió de que «se corre el riesgo de que el Gobierno tenga que devolver esa subvención si esa infraestructura no se pone en funcionamiento».
Del mismo modo, explicó que para que se pudiera pagar el agua del Júcar -Vinalopó, «es necesario un equilibrio» para que con el precio del agua para abastecimiento se abarate la de riego. Por tanto, para poner en marcha la conducción se requiere a la Junta de Usuarios del Vinalopó-Alacantí-Marina Baixa que firmen el convenio y, además, «le tienen que salir los números». Eso no es posible, continuó, «sólo con la toma del Azud de la Marquesa», ya que es agua para riego pero no para consumo humano, dijo.
Por tanto, «cualquier solución pasaría por utilizar el Azud de la Marquesa», del que se extraerían 15 hectómetros cúbicos «convenientemente pagados» por parte de los regantes del Vinalopó, que «se tiene que nutrir con parte de los ahorros de las obras de regadío», recordó.
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