La grave sequía que sufre la cuenca del Júcar, la segunda mayor de la historia, ha obligado al Gobierno a comprar agua a los regantes de Albacete para que el Júcar pueda subsistir este verano. La Confederación Hidrográfica comprará el 20% del consumo de los agricultores a cambio de que estos no utilicen otro 20%.
‘‘Este es el segundo año más seco de la historia’’. Así definió Juan José Moragues, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, el actual periodo hidrológico, iniciado el pasado 1 de octubre.
Con este ya son tres años consecutivos de sequía –el pasado fue el más seco de los últimos 60 y el anterior fue el tercero– y por eso Moragues anunció que durante este ejercicio ‘‘seguirá habiendo fuertes restricciones para los regantes, que intentaremos compensar con el uso de aguas subterráneas y reutilización de aguas depuradas’’.
El único sistema hídrico que, según los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar, se encuentra en un estado de normalidad es el de la Marina Baixa. El del Júcar se encuentra en emergencia por la sequía; el del Turia, en alerta, igual que el del Serpis mientras que el resto están en situación de prealerta.
Moragues dejó muy claro que la situación del Júcar es delicada y lo será mucho más durante la primavera y el verano, aunque aseguró que no habrá restricciones de agua para consumo humano.
La mala situación del Júcar se agravará en el estiaje si los agricultores de Albacete siguen extrayendo agua del acuífero de la Mancha Oriental. El Júcar puede ver interrumpido el caudal.
Eso ha motivado que la comisión de sequía de la Confederación Hidrográfica del Júcar acordara ayer, con el voto en contra de los representantes de Albacete, establecer medidas para que haya un ahorro de un 40% de agua en los acuíferos de la Mancha Oriental, que son fuentes de este río.
La cuestión que plantea la Confederación del Júcar es la compra del 20% de los derechos de uso de agua de los pozos de la Mancha Oriental a sus propietarios a cambio de que estos se comprometan a no utilizar otro 20%. La sobreexplotación de pozos en Albacete motiva que el río no obtenga las aportaciones de agua que debiera.
Los regantes de Albacete no se mostraron muy conformes con la decisión, ya que consideran que la solución planteada para mantener con vida el Júcar durante el estiaje no les compensa lo suficiente el bolsillo, que prefieren seguir plantando y sacando agua de sus pozos.
Si ayer le tocaba el turno a los regantes de Albacete, el 14 o 15 de marzo, dijo Moragues, se abordarán las restricciones para los regantes valencianos del Júcar. ‘‘Serán restricciones equiparables a las del año pasado, pero tenemos que estudiarlas’’, señaló Moragues.
Las lluvias registradas en el litoral en enero han propiciado la recarga de los acuíferos valencianos. ‘‘El año pasado se extrajeron unos 40 hectómetros de los pozos de sequía. Este año podría ser algo superior’’, indicó Javier Ferrer, director de la oficina técnica de la sequía.
Entre los pozos de sequía y la reutilización de aguas residuales depuradas, los agricultores recibirán una aportación de 100 hectómetros, puntualizó Moragues.
Crecida del Ebro
Y mientras esto sucedía ayer en Valencia unas horas antes, en Zaragoza, el Ebro experimentaba un aumento de caudal espectacular, multiplicando por ocho la media experimentada durante el pasado mes de enero, aunque es una cifra ‘‘dentro de lo normal en época invernal’’, indicaron fuentes del organismo de cuenca del Ebro.
En la madrugada de ayer el principal río de España experimentó una crecida que llegó a los 803 metros cúbicos por segundo debido a las escorrentías de las lluvias de los últimos días y del agua procedente del deshielo.
Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro aseguraron ayer que lo extraordinario en un río como ese no es que experimente una ‘‘punta de crecida de 800 metros cúbicos por segundo, que suele suceder dos o tres veces al año, sino que su caudal medio en enero sea de 107 metros cúbicos por segundo’’.