MURCIA. Emilio Valerio, nacido hace 48 años en Dicastillo (Navarra), lleva 25 años en la carrera fiscal; 12 de ellos en Madrid y en estrecha relación con el actual ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo. En los últimos años se le ha percibido desde Murcia como un enfant terrible; que no ha dejado títere con cabeza en su investigación sobre los robos de agua.
-El fiscal jefe del TSJ de Murcia ha pedido archivar el caso de los robos de agua en la cuenca del Segura. El juez lo ha aceptado. ¿Cómo valora esta decisión?
-Entiendo que existe un terreno de coincidencia, en el ámbito fiscal y judicial, con el tema del agua. Creo que todos hemos aprendido en este proceso, como es la necesidad de llevar a cabo una persecución puntual de los supuestos de robo de agua. Esta necesidad se advertía con mucha urgencia en el tiempo de la instrucción.Por lo que fuera, no se hacía. A mi juicio, cuando se habla de archivo, queda una línea abierta para que las denuncias se investiguen en los juzgados naturales. Ésta es la primera valoración, y única, que en principio entiendo que debo de hacer.
-¿Pero esperaba el archivo de la causa?
-Insisto en que la palabra archivo tiene un doble sentido, ya que, según recoge su propio periódico, se reabren a su vez los supuestos individuales del robo del agua.
-Pero que no se haya apreciado prevaricación y delito contra el medio ambiente, que eran el núcleo de las denuncias.
-Me preocupa esta pregunta porque, por lo que yo sé, se han abierto causas por cada delito contra el medio ambiente. Entiendo que esa es la realidad. En pura técnica jurídica, el delito contra el medio ambiente, tal y como está recogido en nuestro Código Penal, subyace en cada robo de agua con una cuantía determinada. Y probablemente lo que motivó la investigación fue la no persecución, vía administrativa, de estos supuestos.
-¿Había tantos casos como para pensar que estaban conectados; o era acaso la mera suma de un número suficiente como para llamarlo trama? ¿No cree que debía haberse analizado pormenorizadamente, caso por caso, como el juez ha decidido ahora; en lugar de originarse ese daño a la imagen de Murcia? Se nos ve desde fuera como que todo el mundo estaba compinchado.
-Como todo planteamiento simplista, eso responde en parte a la realidad y en parte no. Lo que se advertía en aquellas fechas es que en Murcia, a diferencia de otras regiones, el agua es un bien muy escaso. Dentro de esta escasez, la utilización desmesurada o abusiva
del agua supone un factor comparativamente importante en términos de ordenación del territorio. En términos de poder económico. En una palabra, en otros territorios quizás no, pero en Murcia el agua, legal o ilegal, se convierte en economía en muy poco lapso de tiempo. Estos dos factores son esenciales y muy graves. Aquí influía también otra cuestión ceñida al contexto del Plan Hidrológico. Creo que no sólo en Murcia, sino en otras regiones, se vivió durante cierto tiempo con la idea de que el agua podía ser un recurso ilimitado. Es decir, que había agua por venir.
-¿Sigue pensando que existía una trama?
-La palabra trama refleja de un modo no muy apropiado la realidad. ¿Por qué? Porque cada supuesto de robo de agua se consuma en la propia utilización del agua. Eso genera evidentemente, no voy a decir que un delito, pero sí una situación ilícita para Murcia y los demás.
-¿Había un clima favorable para que eso se produjera?
-Más que un clima favorable, creo que había unos elementos. Por un lado el agua como un bien absolutamente escaso. Luego las expectativas del Plan Hidrológico. Estaba además una Administración sin duda poco preparada para luchar contra estos hechos… -¿Cree que la imagen de Murcia ha salido perjudicada en este proceso?
-Creo que la imagen de Murcia hay que valorarla en el contexto general de la situación. En relación con un Plan Hidrológico que a mi modo de ver no consiguió pasar el abanico de una legislatura diferente al no existir una política de consenso. Había además una estrategia a muy corto plazo que insistía en la necesidad del agua. Creo que a medio plazo la Región de Murcia haría bien en determinar una auto organización de sus recursos hídricos.
-Pero ha habido un apelativo negativo, un marchamo que se le ha colgado a los murcianos cuando salían fuera: que si ladrones, insaciables, etc…
-Desgraciadamente muchas de estas imágenes que quizás parezcan simplistas tienen una parte de realidad. Muchas veces he advertido del urbanismo depredador de Levante. El tema del agua en Murcia tiene una parte en este contexto también negativa. Es evidente que es así.
-¿No cree que algunos grupos determinados, como organizaciones ecologistas y el PSOE, además de intereses de otras regiones, se han aprovechado de su instrucción en una época muy sensible para atacar el Plan Hidrológico del PP y el trasvase del Ebro?
-En todo tipo de instrucción judicial siempre hay un aprovechamiento en un contexto o en otro por parte de cualquier grupo. Estos días he leído en su periódico que había una gestión nefasta del agua. Eso no lo he dicho yo. Sin duda que algunos lo pueden aprovechar, precisamente porque existe una realidad determinada en factores objetivos en la Región de Murcia.
-¿Es usted partidario trasvase del Ebro o del PHN del PP? ¿Era una clave a tener en cuenta ?
-No, vamos a ver. En cuanto al Plan Hidrológico, independientemente de los problemas técnicos, no era un plan de consenso. Hay determinadas cuestiones que exigen un consenso entre autonomías o grandes partidos. Y si no, no sale. Era el primer problema, y el mayor, que tuvo el Plan Hidrológico. Por otro lado, se vendió la idea de que el agua es un recurso ilimitado. Creo que esto hizo mucho daño en aquellos años a la Región. Creo que a corto plazo esto es difícil de sobrellevar. Pero entiendo que a medio plazo, una región con la potencialidad de Murcia, debía ir a una optimización de sus recursos hídricos. Debe tener capacidad de organizar sus propios consumos de agua. No es necesario, y probablemente ni va a venir, traerla desde fuera. Entiendo que hay que organizarla desde dentro.