El Ministerio de Medio Ambiente no tiene ninguna duda: la desalinizadora de Torrevieja es legal y cumple todas las normativas medioambientales. Así lo destacó ayer el director general de Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), Adrián Baltanás, quien encabezó una amplia representación del Ministerio de Medio Ambiente en el acto de colocación de la primera piedra de la planta de este tipo más grande de Europa. También asistieron el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, José Salvador Fuentes Zorita, acompañado por el delegado del Gobierno de la Región de Murcia, Ángel González, y la subdelegada del Gobierno en la provincia de Alicante, Etelvina Andreu, entre otras autoridades provinciales, regionales y locales del PSPV y de EU.
La representación del PP se limitó a la asistencia del director general de Regadíos de la Región de Murcia, Julio Bernal. No acudió ningún cargo de la Generalitat Valenciana ni del equipo de gobierno popular del Ayuntamiento de Torrevieja.
Antes de la colocación de la primera piedra, en la que se enterró una urna con los periódicos del día, monedas de curso legal y el acta del evento, en la que firmaron Adrián Baltanás, Fuentes Zorita y los representantes del Gobierno en Murcia y Alicante, tanto el director general de Acuamed, como el presidente del CHS, el presidente del Sindicato de Regantes del Trasvase Tajo-Segura, Francisco del Amor, y la subdelegada del Gobierno en Alicante, se dirigieron a los presentes para hablar de la futura desalinizadora. Obviaron cualquier enfrentamiento político con el Consell valenciano o con las autoridades locales del municipio de Torrevieja, donde se ubica.
Todos coincidieron en la importancia de una obra destinada a «garantizar el agua para siempre» en una zona con un problema endémico de escasez hídrica.
Durante los discursos, se pudo oír en repetidas ocasiones que con la desalinizadora «se acaba el problema del agua para siempre». Algo que permitirá «dejar de mirar al cielo y mirar sólo al futuro». Un futuro que tendrá «garantizado», con la nueva desalinizadora, «el progreso de los dos puntales de la economía de la zona, el turismo y la agricultura».
Para riego
Con la nueva desalinizadora, según hicieron constar también las autoridades presentes en el evento, los agricultores no tendrán que renunciar al agua para riego, como cuando la sequía hacía que todo el agua disponible se dedicase al abastecimiento. Algo que, recordó Fuentes Zorita, ha sucedido recientemente, durante la sequía que aún afecta a la región. «Mano tendida a los responsables autonómicos» fue otro de los conceptos que se repitieron durante el acto de colocación de la primera piedra de la desalinizadora, porque todos coincidieron en la necesidad de «olvidar las confrontaciones» para solucionar uno de los más graves problemas que vienen sufriendo tanto la Región de Murcia como la provincia de Alicante, las áreas a las que abastecerá de agua la la nueva planta.
Aun manteniendo el tono conciliador, y exento de una voluntad de confrontación con las autoridades autonómicas valencianas, que, desde la Conselleria de Territorio, han amenazado con paralizar la obra, el presidente de Acuamed, Adrián Baltanás, aseguró que la desalinizadora cuenta con la preceptiva declaración de impacto ambiental, al señalar: «Tenemos la tranquilidad de que se ha cumplido con toda la tramitación ambiental de acuerdo con la ley, como no podía ser menos».
Aseguró que la citada declaración de impacto ambiental, realizada por la Dirección General de Prevención de la Contaminación y Cambio Climático, «dice que no hay ningún impacto significativo que pueda causar esta infraestructura sobre ningún ecosistema».
En cualquier caso, el director de Acuamed afirmó: «Estamos a disposición de la Generalitat desde la máxima colaboración institucional, para, si falta algún tipo de documento o alguna información, facilitárselo».
Como parece que las dudas parten de la Generalitat, porque, según señaló el conseller de Territorio, Esteban González Pons, no se había hecho declaración de impacto ambiental tras la ampliación del proyecto, Baltanás aseguró que el primer informe ya contemplaba, a la hora de estudiar el impacto, la posibilidad de una ampliación, por lo que se incluyó en ese estudio.
Baltanás indicó que «en la información aparecida en los medios de comunicación se decía que se nos había solicitado alguna documentación, pero ayer no había llegado esa solicitud a Acuamed». El director general de la sociedad de Aguas de las Cuencas del Mediterráneo descartó que las tensiones puedan llevar el asunto a la Fiscalía por parte del Consell, y reiteró su voluntad de brindar todas las informaciones que soliciten. Además, atribuyó a la época preelectoral las declaraciones que se han hecho en la localidad sobre la desalinizadora, al asegurar que «el Ayuntamiento cuenta con toda la información desde el primer momento, y dispone del proyecto desde hace meses».
La desalinizadora, definida como «la más grande de Europa», producirá 80 hectómetros cúbicos anuales, que se obtendrán con una producción diaria de 240.000 metros cúbicos. Con ellos se abastecerá a los usuarios del Sindicato Central de Regantes del Tajo-Segura con 40 hectómetros anuales, y los otros 40 se destinaran al Taibilla para abastecer a 450.000 personas.