Así se lo ha indicado a AGROCOPE el director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Francisco Amarillo, que ha clausurado en Madrid una Jornada Técnica sobre “Restricciones para el regadío: planes de sequía y caudales ecológicos”, organizada por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE).
Y es que el ahorro de agua es una de las prioridades de la política del Gobierno. De hecho, Amarillo ha subrayado que en la programación de desarrollo rural 2007/2013, una de las medidas de obligado cumplimiento es la eficacia hídrica destinada a ahorrar la mayor cantidad de agua posible en regadíos. “Es una manera nueva de abordar la política de modernización de regadíos”, ha señalado.
El objetivo es, según ha explicado, maximizar la eficacia hídrica en dos aspectos: con el menor agua posible conseguir las mayores producciones y contrarrestar, disminuir, anular y mejorar “muchísimo” los impactos de carácter medioambiental que puedan tener las labores de producción.
“Es una manera nueva de entender la armonía entre las zonas modernizadas y los elementos medioambientales”, ha resaltado Amarrillo, para quien la modernización se tiene que convertir en un elemento de mejora del entorno medioambiental además de abordarse desde la óptica de la diversificación de las fuentes de agua: superficiales, subterráneas, residuales y procedente de la desalación.
A corto plazo, el ministerio todavía tiene que acabar el Plan de Choque de Regadíos en el tiempo previsto, seguir adelante con las obras previstas en el Plan Nacional de Regadíos y abordar las bases para el desarrollo de esta medida de eficacia hídrica, además de, según ha destacado, diferenciar lo que el sector agrario usa de lo que consume.
Por su parte, tras las jornadas los regantes han llegado a la conclusión de que es necesario incorporar a los planes de sequía estudios socioeconómicos sobre los efectos de su aplicación en el regadío y los diferentes sectores productivos. “Hay que saber qué perjuicio tienen sobre los regadíos las restricciones de caudales y las disminuciones de dotaciones de agua y que se prevean las indemnizaciones correspondientes”, ha resumido a AGROCOPE el secretario general de FENACORE, Juan Valero.
Valero ha señalado que, aunque a pesar de la sequía que hemos vivido no ha habido restricciones de abastecimiento de poblaciones, sí han existido para las comunidades de regantes de las cuencas más afectadas como el Júcar o el Segura. “Se debe a que los regantes son los primeros que sufren y habrá que compensarlos cuando se haga en beneficio de otros”, ha dictaminado.