Los agricultores de la provincia de Valencia van a sufrir en sus campos, y sobre todo en sus bolsillos, más que nadie el tercer año consecutivo de sequía. No se hizo oficial ayer, pero la suerte está echada. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, reconoció que la situación de emergencia que sufren el Júcar y el Turia va a provocar una reducción drástica de la aportación de estos ríos sólo a los regadíos.
La restricción será de un 50% en el caso de los agricultores del Turia y entre un 30 y un 40% para los del Júcar. Esos porcentajes se aplicarán sobre las cantidades que se usaron el año pasado desde abril hasta septiembre, que ya habían sufrido restricciones de un 50%.
‘‘Las restricciones para el riego las veremos dentro de dos semanas en la comisión permanente de sequía’’, aseguró Moragues.
No obstante, Moragues, acabó dando cifras. ‘‘Se utilizará entre el 60 o el 70% del agua usada el año pasado’’, dijo. Si en la temporada fuerte de riegos en 2006 se emplearon 350 hectómetros cúbicos del Júcar, este año ‘‘serán unos 200’’.
Esto supone que los regantes valencianos del Júcar verán reducido en un 70% las aportaciones del río sobre las que tienen derechos históricos. Mientras, para los agricultores de la Mancha que también dependen del Júcar la restricción será del 40% y, además, el Gobierno les pagará el 20% del agua que no gasten, cuestión que no sucederá con los regantes de Valencia.
El recorte en el Júcar supondrá, muy probablemente, que los agricultores que dependen del canal Júcar-Turia no reciban este verano ni una gota del río de la Ribera y tendrán que seguir abasteciéndose de agua de pozo.
En el caso del Turia, si el año pasado la cantidad usada en los regadíos ascendía a 140 hectómetros, ‘‘este año la restricción será la mitad, el consumo estará sobre los 70 u 80 hectómetros cúbicos’’, afirmó el presidente de la CHJ.
La reducción de aguas superficiales intentará paliarse, en la medida de lo posible, con la puesta en marcha de los pozos de sequía, 105 en la cuenca del Júcar y unos 35 en la del Turia.
Pero Javier Ferrer, director de la oficina técnica de la sequía de la CHJ, teme que en el caso de los pozos de emergencia del Turia, ‘‘no estén todos operativos en la actualidad’’ porque hace al menos una década que no se usan y no se han mantenido de forma adecuada.
Si bien en la CHJ tienen constancia de que el nivel freático de los pozos de la Ribera poseen un nivel adecuado, puesto que se recargaron durante las lluvias de enero y febrero, desconocen la situación de las aguas subterráneas de la cuenca del Turia. Eso sí, esperan que su recarga sea similar a los del Júcar.
La grave situación de sequía que sufre el Turia ha derivado en una recomendación del presidente de la CHJ a los regantes del río durante la junta de desembalse celebrada ayer: que los agricultores no planten verduras, a no ser de que dispongan de agua de pozo garantizada, porque la prioridad será salvar el arbolado con el agua de superficie.
Valencia beberá del Júcar
Otra consecuencia de la grave situación del Turia afectará directamente al Júcar. Valencia y su área metropolitana volverá a abastecerse principalmente del Júcar. A partir de abril la aportación del Turia para Valencia será de alrededor de 1 metro cúbico por segundo y algo menos de 4 metros cúbicos llegarán por el canal Júcar-Turia desde el embalse de Tous. Esto lo reconocieron tanto dirigentes de los regantes del Júcar como del Turia.
El hecho de que en los últimos meses Valencia haya recurrido a las reservas del Turia para su abastecimiento es, a juicio de Benjamín Aparicio, del Sindicato Central del Turia, una de las causas de la crisis de este río, aunque antes que para la agricultura, el agua es para el abastecimiento urbano. ‘‘Desde 1994 los regantes del Turia hemos ahorrado más que nadie y los pantanos los teníamos bastante bien’’, dijo Aparicio.
El presidente de este sindicato de regantes se acordó ayer del derogado trasvase del Ebro, que hubiera servido ‘‘para paliar y prevenir’’ la grave situación que se vive ahora.
Francisco Romeu, presidente de la Real Acequia de Moncada, se mostró contrariado pero resignado con la restricción. ‘‘No lo veo bien, pero no hay más agua. Desde Puçol hasta Catarroja administraremos el agua que tengamos’’, dijo el responsable de la Real Acequia.
Por lo que respecta al Júcar, los 200 hectómetros con los que contarán los regantes valencianos de esta cuenca extrañaron al presidente de la Acequia de Sueca, José Fortea, que esperaba algo más. ‘‘Bueno, plantaremos arroz y regaremos como podamos. Nos apañaremos’’, aseguró Fortea.
En el Mijares, en principio, según su presidente, José Pascual, ‘‘no tenemos problemas. Desde hace 20 años gastamos el agua como si fuera azafrán en rama’’.
Por otro lado, el Consejo del Agua de la CHJ aprobó ayer el Plan Especial de Sequía con el voto en contra de los representantes de La Mancha, la abstención de la Generalitat y el apoyo de los regantes y la CHJ.