El alza del IVA pone la puntilla a la crisis de los regantes
Hasta 15.000 euros más al año tendrán que pagar los regantes en su factura de la luz como consecuencia de la subida del IVA que entró en vigor el pasado jueves, 1 de julio, y que ha creado tal desosiego en la Comunidad del Guadalcacín que está haciendo que muchos comuneros se planteen la vuelta al motor de gasoil y el uso de los pozos tradicionales, como así confirmó a este medio el presidente de su junta directiva, Pablo Ruiz Carmona.
Además, los regantes han advertido de que la subida del IVA va a colocar al sector agrario en “una situación límite” después del aumento del 60 por ciento en las tarifas eléctricas al que hicieron frente en 2009 al que hay que sumar otro 20 por ciento de principios de 2010.
Según las cifras de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), una comunidad de regantes “pequeña”, con menos de 1.000 hectáreas de cultivo y no más de 250 kilovatios de potencia, verá incrementado su gasto eléctrico en 1.387 euros anuales, mientras que una “mediana”, menos de 2.000 hectáreas y no más de 500 kilovatios, pagará 1.550 euros más al año. Teniendo en cuenta que la del Guadalcacín abarca 12.000 hectáreas, es lo que hace que los costes se vayan a disparar hasta los 15.000 euros de incremento a las facturas anuales de la luz.
Por ello, para Pablo Ruiz Carmona es paradójico que “el premio a la modernización sea la subida de la factura eléctrica. Después de todo lo que hemos pasado ahora vamos a tener que pensar el volver a riego manual de los pozos y el motor de combustible que tuvimos en el pasado, porque después del aumento tan brusco de los costes y la bajada de precios de los productos, esto sí que va a llevar de cabeza a la ruina al agricultor”.
Por su parte, desde Fenacore han criticado este incremento de los costes energéticos, ya que puede convertir en “inviable” la modernización de los sistemas de riego, que necesitan de una mayor cantidad de energía eléctrica para funcionar a cambio de ahorrar “entre un 10 y un 20% de agua”.
Entre las soluciones que plantea Fenacore se encuentra facilitar a las comunidades de regantes la posibilidad de formalizar al menos dos contratos al año con las compañías eléctricas, uno anual con una mínima potencia contratada para el suministro básico de los servicios de mantenimiento de los equipos y pequeños usos y otro uno de temporada para los meses de máximo consumo.
Por un lado, sería uno anual con una mínima potencia contratada para el suministro básico de los servicios de mantenimiento de los equipos y pequeños usos; y, por otro, uno de temporada para los meses de máximo consumo.
Asimismo, los regantes solicitan que se incluya en los contratos de temporada la posibilidad de modificar la potencia en las horas llano y punta, en función del mes, ya que el consumo no es uniforme.
“El problema es que aunque nos llevemos seis meses sin regar, como pasa en esta zona y no consumamos luz, tenemos que seguir pagando la contratación de la potencia y las compañías eléctricas no nos permiten darnos de baja en ese periodo para luego volver a contratar la energía. Si consiguiéramos sólo tener que hacer frente a los seis meses de riego, la modernización si habría sido rentable”, insiste Pablo Ruiz Carmona.
Y es que para el presidente de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín, “los proyectos de transformación se calcularon sobre la base de unos costes energéticos muy inferiores”, por lo que este aumento de impuestos “deja en el aire” la modernización de los sistemas de regadío de “más de doce mil hectáreas».