EFEverde ha acompañado el camino «domado» del río, desde Guadalajara a la cuenca del Segura, en Murcia, atravesando la llanura manchega, por un corredor vivo que se gestó con inspiración socialista en 1933, para combatir el «desequilibrio hidrológico» entre la España húmeda del Norte y la España seca del Sur.
El trasvase de 101,7 hectómetros cúbicos (hm3) para el primer trimestre del actual año hidrológico -29,7 hm3 para abastecimiento y 72 hm3 para regantes- se cede tras el periodo mas seco de los últimos cien años, y con solo 1.810 hm3 en los principales embalses de la cuenca.
Los embalses (http://www.embalses.net/) desde los que se gestiona el agua en cabecera, Entrepeñas y Buendía, con una capacidad conjunta de almacenamiento de 2.474 hm3 (que nunca se ha alcanzado), suman 592 hm3.
Por ley, es imposible el trasvase si esa capacidad está por debajo de los 240 hm3 y se establece que no se superarán nunca los 600 hm3 trasvasados al año, cifra que en la práctica se reduce a poco mas de la mitad.
Construcciones previas al Trasvase (Entrepeñas se terminó en 1956 y Buendía en 1957), los embalses se plantearon como el corazón del canal, cuyas obras concluyeron en 1979.
La disciplina con la que discurren las aguas del Tajo por el Trasvase hacen olvidar que desvía hacia el Sureste el recorrido natural del río mas largo de España, desde su Este natal, en montes universales, hasta morir 1.008 kilómetros después en el Atlántico portugués, con menos caudal, pero -seguro- orgulloso.
En sus treinta años largos de funcionamiento, apunta Enrique de Diego, jefe de área del acueducto que gestiona la Confederación Hidrológica del Tajo, el volumen total trasvasado ha sido de 10.842 hectómetros, con un valor medio anual de 350 hm3 y una capacidad de caudal de 33 hm3.
Su coste total se estima en 914 millones de euros y se administra con las tarifas, peajes de usuarios y concesiones hidroeléctricas. El precio actual por m3 trasvasado de agua es de 0.084 euros.
«Es una obra que se ha amortizado y ha probado su rentabilidad con un futuro inmediato, de 30 o 40 año, sin mejores alternativas a la vista», asegura De Diego.Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, De Diego supervisa personalmente los principales puntos de los 240 kilómetros de la estructura, a la que se suman los 50 kilómetros del embalse de Alarcón, donde las aguas «descansan» antes de continuar al río Mundo, primer afluente del Segura.De Alarcón, que también vierte al Júcar, no sale una gota de agua hacia el Trasvase que no haya entrado desde el Tajo, advierte De Diego, que da cuenta de los controles de caudal que hay en todo el camino del agua.
El trasvase corre a cielo abierto durante 172 kilómetros, 58 en túneles y 11 sobre acueductos y a lo largo del canal, 2.000 ha. de zona forestada con especies autóctonas protegen las aguas que se advierten peligrosas para bañistas y paseantes.
«No es fácil resistir el ritmo constante del agua, aun para buenos nadadores», asegura De Diego, que recuerda algunos accidentes fatales durante sus cerca de seis años a cargo del Trasvase.
El agua parece mansa, pero no hay que subestimar su fuerza, insiste, tras recordar que de casi 5 kilómetros por hora que lleva el caudal en inicio supera los 40 cuando vierte en Alarcón, aún después de «amansarla» en un juego de «rápidos» en los que pierde energía y gana control.
De Alarcón al embalse de Talave (Albacete), su descanso final, restan 134 kilómetros, 32 por el túnel del mismo nombre y durante un tiempo, el mas largo en su estilo de Europa.
Desde el Talave, recogidas por los cauces de los ríos Mundo y Segura, las aguas aragonesas llegan hasta el embalse de Ojós (Murcia) y luego se reparten por una red de canales que gestiona ya la Confederación del Segura (CSH).
El destino del agua se supervisa «gota a gota», ratifica la CHS, que la distribuye a los distintos usuarios del Trasvase, que cuentan con tomas y registros de control específicos que certifican que el agua se usa para el fin previsto.
«Es como un banco, donde muchos ingresan dinero, se mezcla, pero solo se retira lo que pertenece a cada uno», aclaran.
Defienden, además, que no hay riesgo posible de que el agua del Tajo se use para regar campos de golf.
«La ley deja muy claro que sólo se puede destinar agua del trasvase a riego de cultivos y a abastecimiento» y la Comisaría de Aguas, investiga que así sea.La administración del agua, un bien de todos -coinciden los gestores- tiene un valor económico, pero también ético y social. El Tajo, es un modelo solidario. EFE