«Estamos pasando del siglo XIII al siglo XXI». Juan Valero, secretario general de la Acequia Real del Júcar (Valencia), no oculta su entusiasmo al ver los progresos tecnológicos que se están haciendo en el arcaico sistema de riego de los campos de cítricos, frutales y huertas valencianas de Algemesí, Benimuslem y Alginet.
En total, 1.200 hectáreas cultivadas que se han visto beneficiadas con la primera fase de un proyecto de modernización que, cuando finalice en 2010, abarcará 22.000 hectáreas de terreno de la ribera valenciana.
Unos 35.000 usuarios se verán favorecidos con la digitalización de un sistema de riegos que, remarca Valero, casi no ha cambiado desde sus orígenes en tiempos medievales del rey Jaime I el Conquistador. «Hemos optado por instalar fibra óptica a lo largo de todas las canalizaciones porque resultaba más rentable y su coste de mantenimiento es prácticamente nulo», asegura Valero.
Esta red de comunicaciones va a permitir que todos los campos estén conectados a un ordenador central, situado en Alberique, desde el que se programará y controlará toda la gestión del riego. Cada gota de agua va a ser sometida a estricta vigilancia. Presión, volumen y caudal se examinarán con todo detalle y los programas de riego se singularizarán según la necesidad de cada cultivo.
Los cítricos son predominantes en esta zona valenciana, pero la tecnología digital se extenderá a otras áreas frutales donde se cultivan albaricoques, melocotones y caquis, así como a las zonas de huerta. Sólo los arrozales de la Albufera se quedarán al margen, por las peculiaridades de su sistema de riego por inundación.
Alberique, ordenador central
El ordenador central situado en la población de Alberique abre y cierra todas las válvulas de las canalizaciones por las que ya corre la fibra óptica. Un sistema de información geográfica (GIS) permite además tener una visualización constante de los campos, con todos los datos de cada tubería incorporados a los mapas digitales.
Cuando acabe la instalación, la Confederación Hidrográfica del Júcar calcula que el ahorro será de unos 190 millones de metros cúbicos anuales, de los que 60 se destinarán a los humedales de la Albufera y 40 al río Júcar, con el objetivo de mantener sus caudales ecológicos.
«Estamos en una zona donde existe gran preocupación por las sequías e inundaciones que se anuncian por culpa del cambio climático», recuerda Valero, para quien las nuevas tecnologías son una bendición para la gestión del ahorro hídrico. «El sector que más agua puede economizar es el del regadío», subraya.
El de la Acequia Real del Júcar no es un caso aislado, sino que forma parte de un plan nacional de modernización de los regadíos mediante tecnología digital, impulsado por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), que agrupa a 700.000 regantes de toda España.
Como indica su presidente, Andrés del Campo, esta cifra equivale a unos dos millones de hectáreas de regadío de los 3,4 millones del país, de los que un millón quedan al margen de la federación por corresponder a riegos privados.
Fenacore lanzó este programa, denominado Corenet, en 2003, con la ayuda del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Al dejar de existir éste en 2004, el interlocutor pasó a ser el Ministerio de Agricultura, que en 2006 aportó 200.000 euros para el desarrollo del proyecto.
El 23 de enero, Fenacore se reunió con Francisco Amarillo, director general de Desarrollo Rural de dicho ministerio, para evaluar los resultados del proyecto Corenet. En 2006, 70 comunidades de regantes de diferentes cuencas hidrográficas se sumaron al programa, lo que implica que son ya 200.000 sus usuarios, cifra que corresponde a 400.000 hectáreas de terreno.
El objetivo es que antes de 2010 otras 70 comunidades se añadan anualmente al proyecto, con la intención de que ese año en torno a medio millón de agricultores gestionen ya sus regadíos a través de Internet, lo que equivaldrá a 1,6 millones de hectáreas beneficiadas. El sistema, una vez completado, dispondrá de una base de datos unificada en el Centro Nacional de Tecnología del Regadío (CENTER), situado en San Fernando de Henares (Madrid).
Cursos de capacitación
«Para los agricultores es algo muy nuevo, pero cuando lo descubren se entusiasman», reconoce Andrés del Campo. El proyecto incluye cursos de capacitación para que se familiaricen con las nuevas tecnologías y den sus primeros pasos en Internet. La intención última es que los propios agricultores se vayan suscribiendo individualmente a la herramientas digitales que el programa Corenet pone en sus manos, a través de la página de Fenacore o de las web de las distintas comunidades de regantes.
De esta manera podrán realizar sus propias compras de productos online; acceder a toda la documentación que se está volcando (que incluye, en 2007, la digitalización de la biblioteca del Ministerio de Agricultura); establecer sus previsiones de consumo energético, de manera que desde la federación de regantes se puedan realizar propuestas globales de contratación a las compañías eléctricas en función del consumo anticipado, con el ahorro consiguiente, y un sinfín de posibilidades más, entre ellas beneficiarse de los avisos de averías y otras informaciones urgentes directamente a los móviles o a sus ordenadores.
En los campos de fresones
Al contrario que en la Acequia Real del Júcar, en los campos onubenses de Palos de la Frontera y Moguer los sistemas de regadío son muy recientes. Se remontan a los años ochenta, cuando explotó el monocultivo del fresón en la comarca.
«Desde el principio ya apostamos por el ahorro del agua», señala Fernando Sánchez, gerente de la Comunidad de Regantes de Palos de la Frontera, «lo que no impide que, con los medios digitales, calculemos que podremos economizar un 15% anual».
Su comunidad fue de las pioneras, ya que lleva un lustro desarrollando un sistema de telecontrol digitalizado de los regadíos. Gracias a él, los 420 asociados pueden abrir las válvulas que dan paso al agua vía Internet desde sus ordenadores o desde sus teléfonos móviles.
Muchos de ellos han pasado por las aulas informáticas de la comunidad de regantes, donde se imparten clases todas las tardes. «Nuestra ventaja es que tenemos un agricultor joven, que ha dado una buena acogida a las nuevas tecnologías», se congratula Sánchez.
Entre los primeros en incorporarse al proyecto estuvo también, hace cinco años, la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena. Pablo del Amor, su responsable de Informática y Telecontrol, explica que a los usuarios se les ha concedido un carné gratuito con chip incorporado que les permite, entre otras cosas, realizar sus pedidos de agua a través del ordenador.
Desde hace dos años, se ha añadido la posibilidad de efectuar esos trámites desde teléfonos móviles con conexión a Internet. Unos 300 regantes, de los 5.000 que integran esta comunidad, se han acogido ya a esta opción y la usan regularmente. A través del móvil pueden examinar y cancelar turnos de riego, consultar sus saldos en tiempo real y disponer de los datos de sus regadíos actualizados.