FENACORE: España cuenta con más del doble de planes de cuenca que otros países europeos
Desde luego, es un alivio que a la época de crisis económica no se haya unido una sequía como las que de forma cíclica afectan a España. Entonces, cuando esto ocurre, se habla de la famosa ‘Guerra del agua’ que, fundamentalmente, enfrenta a las comunidades autónomas entre sí por el control de los recursos hídricos. La idea de todo responsable de la cartera de Medio Ambiente es diseñar una gestión en época de bonanza que impida el déficit de suministro cuando deja de llover. Para ello, existe un instrumento, los planes de cuenca o demarcaciones hidrográficas que, además, el Ejecutivo tiene aún pendiente adaptar a la nueva normativa comunitaria.
¿Y cómo están las cosas? Pues resulta que, según el estudio ‘Planes Hidrológicos de Cuenca en Europa, de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), España cuenta con más del doble de planes de cuenca que los países europeos de su entorno para un número muy similar de ríos principales. Por ejemplo, frente a las diez demarcaciones hidrográficas de Portugal y Alemania, las doce de Francia o las ocho de Italia, España supera la veintena.
Según este trabajo,mientras Europa tiende a optimizar al máximo sus recursos hídricos organizando la gestión del agua bajo el paraguas de los ríos de mayor tamaño, la corriente española es la inversa, multiplicando las demarcaciones hidrográficas para hacerlas coincidir con las fronteras territoriales de las distintas provincias debido a las presiones que ejercen las propias comunidades autónomas.
Para los regantes, en la actualidad España triplica la media europea con 25 demarcaciones hidrográficas (DH), “hasta el punto de que cada isla canaria presenta su propia política hidrológica” o de que “las ciudades de Ceuta y Melilla, pese a no existir cuenca en sentido estricto, “tienen cada una sus respectivos planes al haberse escindido de la DH del Guadalquivir”.
Por su parte, Alemania –que cuenta con el mismo número de ríos principales que España (siete)-, pero distribuye la gestión de sus recursos hídricos a través de diez demarcaciones hidrográficas; mientras que Francia, país similar en extensión al nuestro, cuenta con doce. Por el contrario, países como Italia suman más ríos que demarcaciones hidrográficas, ya que una sola engloba la gestión de varias cuencas, ahorrando recursos públicos.
A su juicio, España está volviendo al mismo modelo administrativo del siglo XIX donde la figura política del gobernador civil ostentaba la potestad exclusiva sobre las aguas de la provincia, rompiendo con el principio de unidad de cuenca que ha inspirado toda la normativa europea en esta materia y que, paradójicamente, tuvo su origen en nuestro país en 1926 con la fundación de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
“El agua debe seguir siendo un bien común, distribuida de un modo equitativo entre todos los habitantes de cada país y no de los que la tengan más cerca. Esto se consigue con una independencia política en su gestión y realizada a nivel de cuenca o demarcación hidrográfica. Sólo así conseguiremos que la distribución del agua responda a criterios técnicos y no políticos, evitando cualquier tipo de conflictividad social”, según el presidente de FENACORE, Andrés del Campo.
Hay quien se preguntará por qué hay que tratar estos temas ahora, cuando la reserva hidráulica se encuentra, en pleno verano, a más del 77 por ciento de su capacidad. Pues está claro, porque en estos momentos de abundancia es cuando se debe comenzar a gestionar bien la próxima sequía porque si hay algo seguro, es que vendrá.