Castilla-La Mancha cuenta desde hoy, con su publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, con un plan de emergencia ante el riesgo de inundaciones que recoge la estructura organizativa, contempla los procedimientos de coordinación con el plan estatal y los planes interiores y detalla los sistemas de actuación con las administraciones locales.
Además, el PRICAM define los procedimientos de información a la población y especifica los medios y recursos para hacer frente a las emergencias ante las inundaciones, informó la Junta en nota de prensa.
«El plan ha sido muy meditado para que sea eficaz a la ciudadanía y se convierta en una herramienta útil para seguir incrementando la seguridad en Castilla-La Mancha», resaltó la consejera de Administraciones Públicas y Justicia, Magdalena Valerio.
La consejera añadió que «con la aprobación del PRICAM, Castilla-La Mancha se sitúa entre las comunidades más avanzadas en el desarrollo de planes para prevenir los riesgos y actuar coordinadamente ante las catástrofes».
«Desde el Gobierno del presidente Barreda, estamos trabajando, y este plan es un ejemplo de ello, para seguir incrementando y disponiendo de unos servicios que ofrezcan una atención eficiente y de calidad ante las emergencias», señaló Magdalena Valerio.
ANÁLISIS DE RIESGOS
El PRICAM, que fue homologado por la Comisión Nacional de Protección Civil el día 24 de marzo de 2010, analiza los riesgos ante las avenidas de agua e inundaciones, fenómenos naturales que pueden producir daños personales, materiales y en el medio ambiente.
En su elaboración, se han analizado 1.486 núcleos de población de los 919 municipios de la región, atendiendo a diferentes factores como la peligrosidad (desbordamiento de corrientes fluviales, precipitaciones o rotura de presas), la exposición social (población expuesta, densidad de población, sectores de edad o instalaciones educativas y sanitarias) y la vulnerabilidad (menores de cinco años o mayores de sesenta y cinco años, personas con discapacidad, vías de comunicación o existencia de zonas adecuadas para la evacuación).
Como consecuencia del análisis, el Plan establece zonas de clasificación por riesgos de inundación. Así, establece la zona A-1, como zona de riesgo alto frecuente, donde las avenidas de agua de 50 años produciría graves daños a núcleos urbanos; la zona A-2, de riesgo alto ocasional, donde las avenidas de agua de cien años produciría graves daños a núcleos urbanos; y la zona A-3, donde las avenidas de aguas de quinientos años produciría graves daños a núcleos urbanos.
También, se fija la zona B, de riesgo significativo, en la que la avenida de cien años produciría impactos en viviendas aisladas; y la zona C, de riesgo bajo, en la que la avenida de agua de quinientos años produciría impactos en viviendas aisladas.
En la Zona A-1 (zona de riesgo alto frecuente), se encuentran 46 núcleos de población en Castilla-La Mancha. Por provincias: en Albacete hay 7; en Ciudad Real, 16; en Cuenca, 5; en Guadalajara, 4; y en Toledo, 14.
En la Zona A-2 (zona de riesgo alto ocasional), se hallan 371 núcleos de población. Por provincias: en Albacete hay 74; en Ciudad Real, 63; en Cuenca, 61; en Guadalajara, 85; y en Toledo, 88.
En la Zona A-3 (zona de riesgo alto excepcional), se encuadran 605 núcleos de población. Por provincias: en Albacete hay 153; en Ciudad Real, 55; en Cuenca, 144; en Guadalajara, 136; y en Toledo, 117.
En la Zona B (zona de riesgo significativo), están incluidos 417 núcleos. Por provincias: en Albacete hay 36; en Ciudad Real, 28; en Cuenca, 109; en Guadalajara, 195; y en Toledo, 49.
En la Zona C (zona de riesgo bajo), hay 47. Por provincias: en Albacete hay 1; en Cuenca, 5; en Guadalajara, 40; y en Toledo, 1.
En el PRICAM, también se establece la estructura, organización y funciones en caso de emergencia por inundaciones: la persona directora del Plan, el Comité Asesor, los centros de coordinación y los distintos grupos de acción (de intervención, de orden, sanitario, logístico y de apoyo técnico.
Asimismo, se recogen las fases y los procedimientos de activación del plan en función del riesgo. Así, se establecen las fases de alerta y emergencia.
La fase de alerta implica el seguimiento específico de la situación y la información tanto de los responsables municipales como de la población.
La fase de emergencia que, en función de la situación, fija tres niveles. En el primero se produce la inundación en zonas localizadas y se emplean medios y recursos disponibles. En el segundo, las inundaciones superan la capacidad de atención de los medios locales o las previsiones de la situación son de agravamiento. En el tercero, se trata de emergencias que, debido a que afectan al interés nacional, son declaradas así por el Ministerio del Interior.
A partir de la aprobación del PRICAM, se procederá a su implantación, promoviendo su contenido entre los municipios de la región para la correspondiente elaboración de los planes municipales de actuación en materia de inundaciones. Asimismo, el plan recoge consejos de autoprotección ante estos riesgos.
OTROS PLANES DE EMERGENCIA
El Plan de emergencia ante el riesgo por inundaciones se suma a otros planes elaborados por el Gobierno regional, y que se encuadran dentro del Sistema Regional de Protección Civil, para hacer frente a las situaciones de riesgo y garantizar la seguridad de personas, bienes y el medio ambiente ante la eventualidad de catástrofes y circunstancias adversas .
Estos planes son: el Plan Territorial de Emergencia de Castilla-La Mancha (PLATECAM), que establece la organización y procedimientos de actuación en la emergencia con carácter general; el Plan ante el riesgo de Fenómenos Meteorológicos Adversos (METEOCAM); El Plan de Emergencia Exterior de Puertollano (PEEP); los Planes Especiales de Emergencia Exterior por Riesgo Químico; el Plan Especial ante el riesgo de accidentes en el Transporte de Mercancías Peligrosas por Carretera y Ferrocarril (PETCAM), y el Plan Especial de Emergencia por Incendios Forestales de Castilla-La Mancha.
Además, también se participa en Planes de Emergencia Nuclear, en el grupo de apoyo logístico, y en Planes de Emergencia de Presas, en el comité de implantación.