- El presidente murciano pide a PSOE e IU que se sumen a la moción del PP que recogerá los contenidos del ‘memoradum’ firmado por Valencia y Murcia, y enriquecido por los regantes, para mejorar el funcionamiento y la regulación del trasvase Tajo-Segura.
- Afirma que "no sirven posiciones cerradas y excluyentes, no puede haber triunfos para Murcia si se sustentan en fracasos y perjuicios de otros porque la política de ‘Juan Palomo’ no sirve en el mundo del agua".
(CARM) El presidente de la Comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, aseguró hoy que “se ha llegado al fin de una etapa oscura de arbitrariedades y confrontación”, que, según dijo, permitirá, a partir de ahora, garantizar el trasvase Tajo-Segura y el “agua para todos”, porque con el acuerdo que se ha alcanzado con el Plan del Tajo “comienza a ponerse punto y final a las guerras del agua”.
El jefe del Ejecutivo regional, compareció hoy, a petición propia, ante el pleno de la Asamblea Regional, para informar sobre las actuaciones llevadas a cabo en materia de agua por parte del Gobierno regional y, en concreto, sobre la importancia del agua “en el desarrollo presente y futuro y el progreso de la Región de Murcia y los murcianos”.
Valcárcel indicó que el agua “no puede ser nunca un elemento de confrontación, como algunos se empeñan, sino de solidaridad y progreso, y nuestra exigencia no puede variar en función de cuestiones ajenas al interés general de los murcianos”.
Por ello, remarcó que en materia hídrica “no sirven las posiciones cerradas y excluyentes, no puede haber triunfos para la Región de Murcia si se sustentan en fracasos y perjuicios para otros, porque la política de ‘Juan Palomo’ no sirve en el mundo del agua”.
El jefe del Ejecutivo murciano afirmó que, con el borrador de Plan elaborado por el anterior Gobierno socialista, el Tajo-Segura “tenía escrita su sentencia de muerte”, mientras que, con la publicación de este nuevo documento, “tenemos la certeza de que seguirá funcionando”.
De igual forma, insistió en que la reivindicación del Gobierno regional murciano en materia de agua “no depende ni ha dependido nunca del color político de La Moncloa, sino de la consecución de los objetivos que los murcianos demandan”. Por ello, añadió, “es necesario ahora también buscar mecanismos de mejora, y, a raíz del Plan del Tajo, vamos a seguir incidiendo en esta línea”.
Así, explicó que “aunque el trasvase está garantizado, nuestro objetivo no culmina con ello, ya que hay distintas ideas plasmadas en el ‘memorándum’ de entendimiento para pactar cuestiones que mejoran el funcionamiento y la regulación del trasvase Tajo-Segura, que ya se han dado a conocer y van a ser estudiadas y desarrolladas en los próximos meses por parte del Ministerio y las comunidades de Murcia y Valencia”.
Este documento recoge la cesión de derechos, las menores pérdidas, la regulación legal del trasvase, el papel de la Comisión Central de Explotación del Acueducto, las nuevas reglas de explotación y su funcionamiento automático.
Acuerdo histórico entre comunidades promovido por el Estado
El Plan de Cuenca del Tajo, afirmó, “es un acuerdo histórico entre autonomías donde todos cedemos para que todos ganemos”, recalcó el presidente, porque, “el acuerdo es posible y es el único camino en la política del agua”. “Hoy en España, apostilló, el agua vuelve a ser considerada un recurso de Estado, como instrumento de vertebración”.
En este sentido, subrayó que ante el apremio de Europa de que se aprobasen planes hidrológicos de cuenca “tras años de parálisis y desgobiernos, hemos sido capaces ahora de reaccionar y llegar a un acuerdo”. Un acuerdo propuesto por el Ministerio, afirmó el presidente, “que los usuarios han aceptado, ellos son los verdaderos protagonistas, porque de ellos depende la garantía del trasvase, y hemos de agradecer el esfuerzo que han hecho todas las partes”.
“Hemos superado, por tanto, un momento trascendental, pero hemos de seguir avanzando todos juntos si es posible”, subrayó el jefe del Ejecutivo regional, que invitó a todos los agentes sociales y políticos a contribuir “a una planificación hidrológica nacional basada en criterios comunes, no de confrontación”.
En este punto de su intervención, el jefe del Ejecutivo murciano pidió al grupo parlamentario socialista y a Izquierda Unida que se sumen y suscriban la moción que elaborará el grupo popular para que, a modo de ‘Pacto del Agua’, “recoja los contenidos del ‘memoradum’ firmado por las comunidades de Valencia y Murcia, y enriquecido de forma determinante por el Sindicato Central de Regantes Tajo-Segura, que mejore el funcionamiento y la regulación del trasvase”.
Además, les instó a lograr “un avance desde el consenso, no desde una dinámica de vencedores y vencidos”, porque, “lo mejor para Murcia ha de ser lo mejor para Castilla-La Mancha, Valencia, Andalucía o para cada una de las regiones de España y, del mismo modo, lo mejor para ellos también ha de repercutir en ser lo mejor para nuestra comunidad”, apostilló.
Repaso a la gestión política del agua en España
Así, tras un exhaustivo repaso histórico a todos los episodios en la gestión política del agua en España, y en concreto del trasvase Tajo-Segura, y las decisiones adoptadas en los ocho años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Valcárcel aseguró que “nosotros tenemos una visión de estos problemas muy diferente; siempre hemos creído y creemos que el agua no es propiedad de al que le llueve, sino que es patrimonio común de todos los españoles, porque únicamente el Estado puede garantizar esta unidad de acción”.
En este sentido, recordó que “la falta de rigor, frivolidad, condescendencia y ausencia de una política de Estado durante dos legislaturas llegó a poner en peligro la subsistencia del trasvase Tajo-Segura, lo que hubiera condenado a la Región de Murcia, donde se habrían perdido 30.000 puestos de trabajo”.
Además, hizo referencia directa a la política del Plan Agua de la exministra Cristina Narbona y la construcción de desaladoras para paliar el déficit de agua en la cuenca mediterránea. “Pese a los datos técnicos que lo desaconsejaban, y en un ejercicio extraordinario de irresponsabilidad, se dilapidó una ingente cantidad de dinero en obras que, no sólo proporcionaban agua mucho más cara, sino que no encontraron usuario, y llevaron a la firma de convenios ficticios, en condiciones económicas ruinosas, engañando a los usuarios con costes subvencionados insostenibles”.