El Consejo Nacional del Agua ha aprobado hoy los planes de gestión de las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y las del Cantábrico Occidental y Oriental, por lo que ya son diez, de dieciséis, las demarcaciones hidrográficas españolas que cuentan con planificación hidrológica.
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que ha presidido el Consejo, ha destacado la intención del Gobierno de garantizar, en toda España, un suministro de agua integral, de calidad, en cantidad suficiente y solidario, según un comunicado distribuido por su gabinete de prensa.
Arias Cañete, añade la nota, ha recalcado «el esfuerzo que está haciendo el Gobierno» para aprobar durante 2013 los planes de cuenca de las demarcaciones competencia del Estado, las intercomunitarias, según se comprometió con la Unión Europea, que las esperaba listas en 2009, y para «impulsar» los de las cuencas intracomunitarias, responsabilidad de las comunidades autónomas.
En la reunión, el consejero andaluz de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, ha votado en contra del Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadalquivir «al no garantizarse suficientes medidas de ahorro de agua».
El rechazo de la Comunidad Autónoma está motivado por las modificaciones de fondo que ha sufrido el documento respecto al que fue presentado a exposición pública en EL 2010 y que fue objeto de un amplio consenso entre colectivos e instituciones tras un largo trámite de participación pública.
En este sentido, según informa la Junta en un comunicado, Planas ha subrayado que una de las cuestiones esenciales para este Plan es «lograr un óptimo equilibrio entre los usos actuales y el aumento futuro de las demandas», teniendo en cuenta el importante déficit estructural de agua existente en el Guadalquivir.
Según ha explicado Luis Planas, la postura andaluza responde a las directrices que marca la Unión Europea, tales como la Directiva Marco de Agua y reciente Blue Print, que apuestan por una gestión sostenible del agua, incluyendo medidas de ahorro para los principales consumidores.
En este sentido, los usos del agua en la Cuenca del Guadalquivir se reparten entre el uso agrícola que supone un 92% del consumo, frente al 6% urbano y 2% de la industria.
El actual modelo de medidas del plan apuesta por la modernización de regadíos, pero éste es insuficiente si no se acompaña de la obligación sin excepciones de revisar los derechos de las comunidades de regantes que ya han abordado la modernización de sus infraestructuras.
Además, la mayoría de ellas lo han hecho con fuertes inversiones públicas, lo que supondría terminar con el objetivo de ahorro para el que fueron otorgadas estas ayudas.
El documento sometido a votación ha eliminado esta limitación inicial a las grandes comunidades de regantes -aquellas que superan las 2.500 hectáreas- y que afecta a uno de los principios que la Consejería considera irrenunciables en la planificación hidrológica.
Por otro lado, las inversiones previstas se han reducido hasta quedarse en 1.700 millones frente a los 4.100 que se fijaron en el plan de cuenca que se sometió a información pública.
En cuanto al Plan Hidrológico del Guadiana, el consejero ha anunciado el voto positivo de la Junta de Andalucía, ya que el texto sí recoge las peticiones que desde la Administración autonómica se habían efectuado para el Guadalquivir, incluyendo una limitación general para todos los usuarios, independientemente de la superficie y del cultivo de 6.000 metros cúbicos por hectárea.
España cuenta con siete demarcaciones hidrográficas intracomunitarias (con sus aguas en una sola autonomía) y nueve intercomunitarias (con aguas en más de una autonomía), además de planes ejecutivos para Ceuta y Melilla.
Además de los planes de gestión aprobados hoy, que debe ratificar el Gobierno antes de que acabe el año, ya tienen documento rector las demarcaciones Galicia-Costa, Tinto-Odiel, Guadalete-Barbate, las mediterráneas andaluzas y el Miño-Sil, aprobadas en junio, y el Distrito Fluvial de Cataluña, de anterior elaboración.