La Confederación no sabe lo que se riega realmente en el Guadiana
La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) está dispuesta a saber qué parcelas se están regando en los acuíferos del Campo de Montiel y de La Mancha Occidental. A pesar de que durante años se ha estudiado esta zona, objeto del controvertido plan especial del Alto Guadiana, sigue sin estar delimitado con precisión qué es lo que se está regando, y la Confederación está dispuesta a hacer, por fin, el mapa real de esos riegos, para incorporar los datos a su sistema de control.
Para realizar la «delimitación de las superficies realmente regadas» este año, la CHG ha convocado un concurso, presupuestado con 180.000 euros, en el que la consultora que se encargue del trabajo dispondrá de siete meses para realizar este trabajo.
El proyecto se basa, esencialmente, en la teledetección, con el uso de imágenes por satélite de alta definición. Pero se complementará también con trabajo de campo y con la recopilación de datos y documentación de años anteriores (entre 1987 y el 2007).
Una vez elaborado el trabajo, y adaptado a los sistemas de información geográfica y catastrales, la Confederación Hidrográfica del Guadiana los incorporará a su propio sistema de información geográfica.
Sobreexplotación
Tanto el acuífero de la Mancha Occidental, con más de 5.200 kilómetros cuadrados, como el del Campo de Montiel, con más de 2.500, son dos de las zonas de regadío más controladas y polémicas.
Han sido objeto de declaración de sobreexplotación (Campo de Montiel en 1989, Mancha Occidental en 1994), de planes especiales, como el de compensación de rentas por reducción de extracciones, y de fuertes polémicas relacionadas con la regularización de los pozos y con las implicaciones ambientales de la gestión del agua en esta zona, entre las provincias de Ciudad Real, Albacete y Cuenca.
Según la CHG, la superficie que se encuentra declarada sobreexplotada en esas dos zonas es de 6.200 kilómetros cuadrados, y existen unos derechos reconocidos de regadío de unas 200.000 hectáreas en el acuífero de la Mancha Occidental, y unas 13.000 en el del Campo de Montiel. Ahora se trata de precisar, con las herramientas propias de los sistemas de información geográfica, qué es lo que se riega realmente. La CHS justifica esta contratación por la falta de personal cualificado y de tiempo para realizar la labor por sí misma, aunque se reserva la dirección de los trabajos que se realicen. Estos acuíferos se encuentran en plena controversia, con intereses muy contrapuestos, y por la existencia incluso de varias sentencias del Supremo que modificaron la delimitación de las zonas sobreexplotadas.
Si los plazos se cumplen, en enero del 2008 se sabrá, al menos, qué es lo que se riega de verdad en esta polémica zona.