José Sierra | valencia La Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo (TS) ha admitido a trámite el recurso elaborado por varios municipios de la Ribera contra el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Júcar (PHDJ). El recurso se suma a los presentados por razones ambientales por Ecologistas en Acción y a los de la Comunidad General de Usuarios del Alto y Medio Vinalopó, cuatro en total, y denota la falta de consenso con la que nació el plan, cerrado a última hora el pasado verano y con cambios en el último minuto bajo la amenaza de sanciones europeas tras un retraso en su tramitación de cinco años.

El último recurso conocido contra el PHDJ ha sido presentado de forma conjunta por los ayuntamientos de Polinyá del Xúquer, Albalat de la Ribera, Benicull, Corbera, Cullera, Favara, Fortaleny, Riola y Sueca.

Abel La Calle, abogado y profesor universitario vinculado a la Nueva Cultura del Agua, que asesora en la presentación del recurso, manifestó ayer que el recurso, cuyo contenido debe definirse todavía en detalle, está dirigido a recuperar una concesión directa de aguas del Júcar para uso de boca en los citados municipios que figuraba en el proyecto de PHDJ y que desapareció literalmente del documento unas horas antes de su aprobación por el Consejo Nacional del Agua.

Las comarcas valencianas de la Ribera del Júcar, con 350.000 habitantes, beben desde hace años aguas de origen subterráneo con exceso de nitratos y presencia de pesticidas. La Generalitat Valenciana ha invertido decenas de millones en un nuevo abastecimiento mixto que cuenta como suministrador principal con los caudales cedidos por los regantes tradicionales del Júcar a cambio de una compensación.

Los alcaldes de estos municipios reclamaban una concesión directa de aguas superficiales del Júcar, sin «intermediarios». Reivindicaban su «derecho» al agua del río que pasa junto a estas poblaciones y de las que ya se suministran otros municipios como Albacete o el Área Metropolitana de Valencia.

El proyecto de PHDJ asignaba como concesión propia para estos municipios «hasta 10 hectómetros cúbicos al año de recursos superficiales de Júcar para sustituir recursos subterráneos con problemas de calidad que se utilizan en el abastecimiento de las poblaciones del Júcar». Sin embargo, la «concesión» desapareció del documento a última hora y quedó definitivamente como una cesión de aguas procedentes del regadío que los regantes deben obtener ahora de los pozos de sequía.

Recurso medioambiental

El otro gran recurso contra el plan„ no se descarta que se estén tramitando otros no anunciados o no publicados en el BOE„es el presentado por Ecologistas en Acción „con el apoyo de Xúquer Viu, Ríos con Vida o la Mesa pel Xúquer, entre otros„ obedece al presunto incumplimiento de los criterios ambientales.

El escrito de demanda subraya que el plan difiere hasta el año 2027 los principales objetivos ambientales, la «falta de definición de los caudales ecológicos en la mayor parte de las masas de agua, la insuficiencia de caudales en cantidad y calidad asignados a la Albufera de Valencia y una asignación de caudales superior a los recursos existentes, lo que consolida„afirman„ una situación de sobreexplotación de los recursos superficiales y subterráneos».

Por último, el TS deberá dictaminar también sobre los recursos de la Comunidad de Usuarios del Alto y la del Medio Vinalopó.

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J. Sierra | valencia La alianza táctica que el movimiento ecologista y ciudadano en torno a Xúquer Viu mantenía con los regantes tradicionales del Júcar desde 2005 ha saltado por los aires después de que la Acequia Real del Júcar y el resto de usuarios históricos del río hayan aceptado ceder aguas reguladas en Alarcón a cambio de una compensación económica por los gastos derivados.

Paco Sanz, portavoz de Xúquer viu, calificó ayer de «lamentable y decepcionante» el giro dado por los regantes en las últimas horas. A su juicio, los usuarios agrícolas de la Ribera «se han plegado a los intereses del ?lobby? de Alicante y han dado vía libre al trasvase desde Alarcón, justo lo que estaban esperando la Generalitat y el ministerio y lo contrario de lo que han mantenido hasta ahora».

Los regantes han aceptado ceder 12 hectómetros cúbicos de aguas reguladas en el embalse de Alarcón a cambio de ser compensados por los beneficiarios del agua„ la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, L’ Alacantí y Consorcio de Aguas de la Marina Baja„ con el coste que supondrá extraer ese volumen sustitutivo del que dejará de llegar de Alarcón mediante pozos situados en el acuífero de la Plana de Valencia.

Aseguran los regantes que no hay «lucro» en esta operación y que se trata de contribuir a un consenso previo con el Vinalopó a cambio de que no vuelva a plantearse una segunda toma en el Júcar, bien en Antella o en Cortes, donde aseguran que no hay caudales suficientes. Por otra parte sostienen que la sustitución de 12 hm3 de aguas superficiales por una cantidad equivalente de agua subterránea no supone gravar con una nueva hipoteca el río.

«Este un paso más hacia el mercadeo hídrico, en el sentido de que todo se reduce a la venta de agua, y con esta decisión se reproduce el mismo esquema que con los abastecimientos de la Ribera, de modo que las comunidades de regantes se convierten en comerciales del agua», subrayó.

La pretendida «solución» tiene en opinión de Xúquer Viu «una finalidad económica» y responde a una demanda de agua «totalmente innecesaria».

«Alguien va a tener que explicar porqué se cobra/paga por este agua y porqué el Gobierno impulsa este acuerdo innecesario y caro cuando hay unas desaladoras en Alicante que permanecen paradas y que se construyeron precisamente para atender este tipo de demandas», añadió el portavoz.

Los números, avanzó „a falta de un estudio de detalle„«no salen» y recordó que el agua de Alarcón no va a salir gratis: «Además de a los regantes de la Ribera, hay que pagar indemnizaciones a Iberdrola por el agua que dejarán de turbinar en el río y el ?peaje? al acueducto Tajo-Segura y a la Mancomunidad de Canales del Taibilla para que el agua llegue a Alicante.

Olvido del medio ambiente

Sobre la fórmula elegida para sustituir los caudales, la puesta en marcha de los denominados «pozos de sequía» en la Plana Sur, Francisco Sanz alertó sobre la delicada situación de los acuíferos. «Los regantes saben perfectamente que las descargas del acuífero al río en la zona de Huerto Mulet, han descendido en casi 10 metros cúbicos con la sequía, lo que unido a la reducción de los retornos al río derivados de la modernización del regadío y ahora a la puesta en marcha de los pozos puede suponer la muerte definitiva del río».

Por último, Sanz reclamo «transparencia» y recordó que en el actual equipo técnico que estudia el trasvase Júcar-Vinalopó, al contrario de lo ocurrido en 2004, se ha excluido a los intereses ambientales. «Entonces se adquirieron unos compromisos medioambientales con Europa que no se van a cumplir y vamos a hacer que en Bruselas sepan lo que ocurre», concluyó.

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Enrique Lapuente De aquella península ibérica que describía en sus escritos Plinio, en que una ardilla podía cruzarla de árbol en árbol sin poner el pie en tierra, ya apenas queda nada. La sobreexplotación de los bosques por encima de su capacidad de regeneración ha dejado un paisaje estéril y además ha condenado a la pobreza a una población que dependía de los recursos naturales para su subsistencia y daba vida a numerosos municipios del interior.

El agua es vida. Somos agua y dependemos del agua para nuestra supervivencia como especie. Esta obviedad, que todos entendemos, no la podemos olvidar, y así lo debieron entender los legisladores cuando redactaron la Directiva Europea del Agua.

Una norma que, aprendiendo de errores pasados, pone freno a la sobreexplotación y promueve un uso sostenible de los recursos hídricos.

Al río Júcar no le sobra agua, todo lo contrario, le hace falta si quiere atender todas las demandas que se le exigen en su cuenca. Así lo dice el Plan Hidrológico de Cuenca que ha aprobado el gobierno del Partido Popular.

Un Plan aprobado a espaldas de la sociedad.

Un Plan que tolera la sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental dejando un río seco a su paso.

Un Plan que condena a la Albufera a su desaparición y deja un río moribundo en su desembocadura.

Un Plan que no cumple con los más mínimos requisitos del sentido común, ni de la Directiva Europea, y por lo cual ha sido denunciado al Tribunal Supremo, y en unos días también lo será ante la Comisión Europea.

No se puede dar de dónde no hay. Por eso, el trasvase desde el Júcar al Vinalopó no es un problema que tenga que ver con la insolidaridad entre territorios, ni con pugnas entre agricultores: es un problema de falta de sensatez.

De falta de sensatez de determinados políticos y oportunistas que tienen la mirada puesta, más en el cálculo electoral y en el beneficio particular, que en el interés general.

De personajes que no quieren aceptar la realidad: al río Júcar y a la Albufera no les sobra agua. Tampoco es un problema de falta de agua de boca para el abastecimiento de Alicante, como algunos nos quieren hacer creer „500 millones de euros han salido de nuestros bolsillos para evitar que esto suceda„.

Desaparecieron hace años muchos de nuestros bosques y no podemos permitirnos ahora que desaparezcan nuestros ríos, porque con ellos no sólo se iría la riqueza que mantiene con vida el territorio y a la gente que lo habita, sino que también perderíamos la historia y las señas de identidad de los pueblos que han surgido y crecido a sus orillas.

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El secretario de Estado de Agya y Medio Ambiente, Federico Ramos, ha convocado a los regantes del Vinalopó a una reunión en Madrid el próximo martes 4 de noviembre, a la que acudirá Luisa Pastor, presidenta de la Diputación de Alicante, para comunicar previsiblemente la decisión final sobre el trasvase de 12 hectómetros cúbicos de agua del Júcar tomados en el embalse de Alarcón.

Los regantes valencianos del Júcar se oponen a este envío y se remiten para cualquier trasvase al a la toma del Azud de la Marquesa, el único lugar en el que asegura, hay excedentes para trasvasar.

Pese a que en algún momento en Alicante se dio por hecho que el Gobierno autorizaría este trasvase con la cobertura del nuevo Plan Hidrológico del Júcar, ahora el panorama aparece más complicado debido al malestar que la medida provocaría en Castilla-la Mancha y en la Ribera del Júcar y a la situación de sequía que atraviesa el río.

La presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, pidió ayer al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente «un esfuerzo» para enviar a la provincia 12 hectómetros cúbicos (hm3) de agua para consumo humano del río Júcar desde el embalse de Alarcón, en Cuenca, o desde el de Cortes de Pallás, en Valencia.

«Nosotros lo que pedimos al Ministerio es que se haga un esfuerzo por parte de todos», para que Alicante reciba «lo que piden los regantes: unos 12 hectómetros cúbicos para equilibrar otra agua que no es apta para consumo humano, que es la que viene también del Júcar, pero de la desembocadura».

La presidenta de la institución provincial considera que el Ministerio «va a ser sensible a esta demanda». Preguntada sobre las palabras de la pasada semana de la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar, María Ángeles Ureña, en las que mostraba sus reservas al envío de 12 hectómetros cúbicos a la provincia de Alicante, Luisa Pastor calificó las mismas de «ejercicio de responsabilidad».

«Lo que hace „Ureña„ es respetar en primer lugar los derechos de agua históricos de siglos de los regantes, y después hacer números. Y las aportaciones en la cabecera este año son menores, y quizá los números no cuadren», señaló Pastor, que ha añadido que «a todo el mundo nos hubiera gustado que la presidenta hubiera dicho que sin problema».

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Los diputados del Partido Popular, Esquerra Unida y UP y D no acudieron ayer a la reunión convocada por la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ) para presentar conjuntamente una enmienda en los Presupuestos Generales del Estado que recoja los compromisos con la modernización de regadíos realizados por el Ministerio de Agricultura y el propio Consejo de Ministros, aunque sin reflejo en los PGE.

A la convocatoria asistieron únicamente los diputados nacionales Joan Baldovi, por parte de Compromis, y Antonio Such, del PSPV-PSOE, que tildo la ausencia de representantes del PP de «desprecio» hacia los regantes valencianos.

Por parte de los regantes, presididos por José Manuel García de la Cuadra, de USUJ, hubo una nutrida participación de representantes de la Acequia Real del Júcar, Comunidades de Regantes de la Real Acequia de Escalona y Real Acequia de Carcaixent.

«Los han engañado. Se abstuvieron en la votación del Plan Hidrológico de la Demarcación Júcar después de que el ministro Arias Cañete se comprometiera a finalizar las obras de modernización del regadío, pero no han destinado ni un euro en el presupuesto. Están muy enfadados», destacó el diputado Antonio Such.

Los regantes habían redactado una enmienda de consenso con la pretensión de que fuera apoyada por todos los diputados de la circunscripción de Valencia pero el PP se negó a enviar sus diputados si había representantes de otras formaciones políticas.

El PSOE presentará una enmienda para habilitar una partida de 20.910.000 euros a cuenta de los 50 millones comprometidos y «pediremos a todos los diputados valencianos que sean valientes y la voten», dijo Such.

Los regantes tienen previsto celebrar una reunión con el secretario de Estado de Agua y Medio Ambiente, Federico Ramos, antes de fin de mes.

El ministerio ha intentado «tranquilizar» a los regantes asegurando que el dinero prometido «está en un cajón» o distribuido en otras partidas, pero los regantes no quieren dilaciones ni nuevas promesas, exigen que los compromisos figuren en los presupuestos y se preparan para responder con mas «contundencia», dijeron fuentes del regadío valenciano.

El Programa de Medidas del proyecto del Plan Hidrológico de la Demarcación del Júcar aprobado en marzo en Consejo de Ministros preveía la ejecución de obras de modernización de regadíos tradicionales con una primera fase la Acequia Real del Júcar, Acequia de Escalona y Acequia de Carcaixent dotada de 29,8 millones de euros a ejecutar entre 2014 y 2016. En una segunda fase, también «prioritaria», según anunció el Consejo de Ministros, se destinarían a la Acequia Real 20,05 millones de euros, a ejecutar entre 2017 y 2019. El compromiso incluía otras partidas para Castilla-la Mancha que tampoco aparecen en los PGE.

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Los incumplimientos provocan el primer encontronazo

21.10.2014 | 00:45

El Plan Hidrológico de 1998 dio «la máxima prioridad y urgencia» a la modernización del regadío en el Júcar. Los gobiernos solo cumplieron parcialmente el compromiso y al menos la mitad de las obras previstas pasaron como proyectos sin ejecutar al nuevo plan (2009-2015). Hace apenas unas semanas, el Gobierno, tras incumplir su promesa de dotar presupuestariamente las obras volvía a incluir la modernización en la planificación hidrológica para el periodo 2015-2021. Los regantes del Júcar, hartos, votaron en contra de este documento, un hecho que supone una ruptura en los procesos de consenso que se arrastran al menos desde 1999. «No ejecutar estas obras en los plazos indicados (2014-2016), además de conllevar un incumplimiento grave es una irresponsabilidad y aumenta la desconfianza en la Adminstración», destacan en USUJ . j. s. valencia.

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J. Sierra | valencia El Tribunal Supremo ha admitido a trámite un recurso de Ecologistas en Acción contra el Plan Hidrológico del Júcar que pone el acento en el incumplimiento de los plazos para conseguir «el buen estado» de las masas de agua , un objetivo prioritario de la Directiva Marco del Agua que el plan recientemente aprobado aplaza hasta el 2027 en la mayoría de los casos.

Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción anunció ayer que una vez admitido a trámite el recurso «los incumplimientos serán expuestos de forma pormenorizada en el escrito de demanda» que prepara» el grupo y que cuenta con el apoyo de Xúquer Viu, AEMS-Ríos con Vida, GECEN, Mesa pel Xúquer.

El Plan Hidrológico del Júcar, aprobado el pasado mes de junio, debería haber entrado en vigor en 2009. El retraso en su elaboración provocó la apertura en el seno de la Comisión Europea de un expediente sancionador al Reino de España.

Además del retraso, los ecologistas subrayan que el contenido del plan «pospone» objetivos medioambientales «más de una década e incurre en numerosos incumplimientos ambientales relativos a los caudales ecológicos y reparto de asignaciones.

Recuerdan en su escrito que la Directiva Marco del Agua, cuyo objetivo central es la consecución del buen estado ecológico de todas las masas de agua, obligaba a la aprobación en 2009 de planes de gestión en cada demarcación hidrográfica con el objetivo central de garantizar el buen estado ecológico de todas las masas de agua en 2015.

Sin embargo, en el caso del Plan del Júcar de 2014, «la mayor parte de los objetivos ambientales se posponen al horizonte temporal de 2021-2027, sin una justificación clara y aplicando excepciones de forma generalizada».

Más de la mitad de estos objetivos, un 53,5 %, entre los que se encuentra la recuperación de la Albufera de Valencia o la de los acuíferos de la Mancha Oriental, « se retrasa más de una década con respecto a lo previsto en la directiva», denuncian.

Por último, y tal como han destacado también los usuarios actuales del río, el Plan de la cuenca del Júcar contempla asimismo unas asignaciones que superan los recursos reales.

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El portavoz de USUJ, José Pascual Fortea, asegura que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tiene el mismo problema que su antecesor, Francisco Camps, a quien hace unos años él mismo dijo que estaba muy mal asesorado en asuntos de agua. «Desde la Generalitat se está haciendo lo imposible por llevarse agua regulada del Xúquer al Vinalopó, lo que perjudica el abastecimiento a Valencia, los regadíos tradicionales, los del canal Xúquer-Turia o el abastecimiento a la Ribera que tiene que ver como en su río no hay agua para ellos pero sí para el Vinalopó», lamentó Fortea.

«Es una irresponsabilidad que desde la Generalitat se esté fomentando el enfrentamiento territorial porque el único problema real es el del medio Vinalopó y se soluciona con el agua de la Marquesa», asegura el portavoz de los regantes.

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j. Sierra | valencia Las lluvias de los últimos días no han tenido ninguna incidencia sobre el volumen de agua embalsada, que a día de ayer era el 39,14 % de su capacidad máxima.

Los grandes embalses hiperanuales de la cuenca hidrográfica del Júcar, de los que se alimenta el regadío valenciano en verano, han perdido volumen de agua en la última semana a pesar de que algunas zonas de regadío se han beneficiado de las últimas lluvias.

Incluso Alarcón, cuyas reservas son la gran garantía para el próximo año si persiste la sequía, ha sido sangrado en las últimas semanas por necesidades del regadío valenciano aunque se mantiene en un nivel más que aceptable con 746 hectómetros cúbicos y un 66,73% de volumen almacenado sobre su capacidad total, Alicante (Marina Baja y Serpis) apenas alcanza el 18 %; el Júcar se dispara hasta el 42,88 %; Turia (Benagéber y Loriguilla) suma el 24,46 % y el sistema Mijares, junto al río Cenia, ambos en Castelló, se queda en un exiguo 21,7 %.

La irregularidad en las tormentas ha impedido que las lluvias completen un riego uniforme en el territorio, por lo que de no cambiar las cosas en las próximas horas, habrá que seguir liberando caudales de los embalses en los próximos días para evitar la muerte del arbolado. Más de la mitad del territorio valenciano tiene una humedad inferior al 10 % que corresponde al valor «muy seco» dentro del balance hídrico y la lluvia acumulada sigue muy por debajo de los valores considerados normales, aunque la buena noticia es que por fin ha llovido en lugares donde no caía una gota desde hace meses.

No obstante, la intención de la Confederación Hidrográfica del Júcar será «cerrar compuertas» para ir acumulando reservas de cara al próximo verano.

En la Comunidad Valenciana, Murcia, extremo sur de Aragón, sur y este de Andalucía, sureste de Castilla-La Mancha e islas de Lanzarote, Fuerteventura e Ibiza, las precipitaciones en el año hidrológico que finaliza hoy no superaron el 75 % de la cantidad normal; un porcentaje que desciende al 50 % en el área repartida desde el sur de Castelló hasta el este de Almería e incluso al 25 por ciento en el centro de Murcia según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Pese a la lluvia, la conselleria de Gobernación de la Generalitat Valenciana decidió ayer prorrogar la prohibición de quemas agrícolas hasta el 15 de octubre en respuesta a la sequedad de la vegetación. Sin embargo no ha prorrogado los contratos de las brigadas y de los equipos de Prevención y Vigilancia responsables de velar por el cumplimiento de esta normativa.

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J. Sierra | valencia La planificación hidrológica comienza a torcerse y ser ineficaz cuando llega al ámbito de la política. Al menos en eso coinciden los usuarios del Júcar y los del Vinalopó, que ayer participaron en Valencia en un debate sobre los conflictos del agua en la Demarcación del Júcar convocado por el Aula Cavanilles de Acció Ecologista-Agró y la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Juan Valero de Palma, secretario general de USUJ, habló incluso de «contaminación política» y dijo que técnicos y usuarios han hecho grandes aportaciones a la resolución de conflictos hídricos durante la elaboración de los planes hidrológicos de 1998 y 2013, que terminaron «estropeándose» al llegar al ámbito político.

«Es fácil despertar pasiones y movilizar sentimientos en torno al agua y se ha hecho con éxito electoral pero las elecciones son cada cuatro años, los políticos se van y los conflictos se quedan», subrayó el también secretario de la Acequia Real del Júcar.

Juan Valero de Palma dijo que los dos planes hidrológicos se han malogrado en la última fase, «con presidentes autonómicos llevándolo a su terreno y un ministerio que a veces se limita al papel de simple espectador».

Vicente Richard Díaz, director técnico de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó defendió la planificación hídrica que se realiza en España «quizá atraviesa su mejor momento», dijo «aunque empieza a fallar cuando llega a algunas instituciones y colapsa en la política».

El representante del Vinalopó volvió a expresar el rechazo a la toma del azud de la Marquesa y lo justifico en los elevados costes energéticos del bombeo. Richard recordó que en el Plan de 1998 existía un acuerdo «y consenso» por 80 hectómetros cúbicos a 16 céntimos el metro cúbicos y lamento que 27 años después del primer proyecto de trasvase en 1987 «todavía nos digan que están estudiando a cuánto va a costar el agua».

Teodoro Estrela, actual jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica de la CHJ defendió la gestión realizada por la administración hidráulica en España y los efectos positivos del plan de 1998. El ingeniero destacó que el citado plan había dado «solución» al problema de las extracciones masivas en el acuífero de la Mancha Oriental, un conflicto «clave» para la gestión de la cuenca del Júcar.

Sobre el nuevo plan, destacó la incorporación de parámetros ambientales y el incremento de la participación pública en su elaboración. Sobre la Albufera dijo que había un incremento «sustancial» de los recursos asignados en el anterior plan y resaltó la «solución» a los usos actuales del agua en el Vinalopó que supone el trasvase.

Willy Colón, representante ecologista, manifestó que el plan de 2013 había caído en los mismos «errores» que el de 1998, «repartiendo un agua inexistente» y aunque admitió avances en la participación pública dijo que todavía eran «insuficientes».

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José Pascual Fortea Zaragozá Por muchas vueltas que le doy, sigo sin poder entender la actitud de la Generalitat Valenciana con el tema del trasvase del Júcar al Vinalopó.

La Generalitat debería defender el interés general de todos los valencianos y, en este caso, considero que está defendiendo el interés económico de unos pocos que se dedican a hacer negocio con el agua. Lo malo del caso es que es en perjuicio de muchos valencianos.

El vicepresidente Císcar ha hecho unas declaraciones en Alicante en las que dice que el Consell tiene muy claro que el Vinalopó tiene un déficit y que se tiene que resolver desde el Júcar.

Señor vicepresidente, señores del Consell, léanse el Plan Hidrológico del Júcar, aprobado el pasado 11 de julio, y se enterarán de que el Júcar también tiene déficit, y mucho más que el Vinalopó. De los 245 Hm3 anuales de déficit que se piden al Plan Hidrológico Nacional, 175 Hm3 son déficit del Júcar y 70 Hm3 del Vinalopó.

El Plan del Júcar reconoce en el artículo 33 que en el Sistema Júcar no es posible atender con sus recursos disponibles todos los derechos de agua existentes. En el Júcar no sólo no sobra agua sino que lo que tiene es un déficit enorme.

Aunque parece que el Consell no se ha enterado, el déficit del Júcar es real, lo sufrimos todos los usuarios del Júcar, está reconocido en el Plan del Júcar y publicado en el Boletín Oficial del Estado, página 54822 del nº 169 del 12 de julio de 2014.

No puedo entender cómo desde la Generalitat Valenciana se esté intentando quitarle recursos a un río deficitario, con el consiguiente perjuicio a todos sus usuarios –la mayoría de ellos valencianos–, a los regadíos tradicionales del Júcar, al abastecimiento de Valencia y su área metropolitana, al abastecimiento de Sagunto, los regadíos del Canal Júcar-Turia y los abastecimientos de la Ribera.

El Júcar es deficitario y, en consecuencia, cualquier envío de aguas al Vinalopó que no sea desde el azud de la Marquesa perjudica a los usuarios del río. Por desgracia, ésta es la realidad y ya va siendo hora de que el Consell desista en su empeño de esquilmar todavía más el río.

El trasvase actual con la toma en el azud de la Marquesa da solución al problema real del Vinalopó, que básicamente es la atención de la demanda de los riegos del Medio Vinalopó. Los abastecimientos de Alicante tienen sus demandas totalmente garantizadas con los recursos actuales y con las desalinizadoras construidas en la última década. Lo que no permite el trasvase actual es mantener el negocio de la venta de agua existente en el Alto Vinalopó, pero entiendo que esa no debería ser la prioridad de la Generalitat Valenciana. Yo siempre digo que el agua debe ser incolora, inodora y apolítica. Si alguien cree que puede hacer carrera política con el agua se equivoca, sobre todo si se pretende sacar el agua de donde no la hay.

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