La gran cantidad de lluvias caídas durante el pasado otoño y el invierno en curso han posibilitado que los embalses de la provincia estén al máximo de su capacidad y que dispongan de reservas hídricas “como mínimo para dos años”, como señala el presidente de la Federación de las Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva), el castellonense Pepe Pascual. También el delegado de la Unió de Llauradors en la provincia, Vicent Goterris, confirma que actualmente existe agua “para dos años”.
El motivo se encuentra en el inusual periodo de precipitaciones que está viviendo el territorio provincial, que ha propiciado que los pantanos se encuentren “en el máximo que permiten sus normas de explotación”, según detallan fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Es decir, con todo el agua posible ante la hipotética avenida de grandes lluvias o, en el caso concreto del Embalse de Arenós, con el tope que las obras que se están llevando a cabo en su perímetro permite almacenar.
Es precisamente este pantano el único que forzosamente deberá perder agua este verano, dado que, durante un mes y debido a las obras que se están ejecutando en él, se dejará con 25 hectómetros cúbicos, tal y como la CHJ y las comunidades de regantes han acordado. De esta manera se aprovechará el agua que debe ser evacuada, se realizarán las actividades constructivas (que están en marcha desde diciembre) y se estará en disposición de recoger “las lluvias de otoño”, detallan fuentes de la CHJ.
Ante un posible déficit hídrico también han ayudado las actuaciones que los agricultores han realizado en las comunidades de regantes para aprovechar al máximo el caudal. Como señala Pepe Pascual, “ahora gastamos la mitad de agua que antes”. Goterris también confirma que se han “mejorado las infraestructuras”, pero esto no esconde que los últimos sean años “hidrológicamente muy buenos”, afirma. H