De «sangrante» califica el secretario provincial de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Julián Martínez, el estado de algunos cultivos leñosos de secano como el almendro, como consecuencia de la escasa pluviometría de este año hidrológico. Asegura que hay parcelas con «serias dificultades» de supervivencia porque, a la falta de lluvias, se une la inexistencia de reserva hídrica en el subsuelo, lo que está provocando que los árboles se estén secando.
Martínez cifra en un 20% la pérdida de superficie de almendro por la sequía de este año, que toca de lleno a la economía de los agricultores, pues si tienen que reponer los árboles deberán esperar al menos cuatro años para que empiecen a dar fruto.
Se da la circunstancia de que la provincia de Albacete está creciendo en hectáreas de almendro, un árbol que está en plena expansión como consecuencia de la readaptación de los cultivos y porque se trata de un leñoso que necesita relativamente poca agua y tiene una buena rentabilidad. Curiosamente, según Julián Martínez, más del 90% de la almendra que se consume en este país viene de fuera; lo que aquí se produce, debido a su gran calidad, se exporta a otros países.
La sequía está afectando tanto a este leñoso que, en función de los cálculos de la UPA, mientras un kilo de almendra en cáscara suponía 300 gramos de pelada, la falta de agua originará que este año se obtenga un 15% de rentabilidad por cada almendro.
Esta situación del leñoso, unido también a que muchos cultivadores han perdido hasta el cien por cien de la cosecha de cereal, justifica que el secretario provincial de la UPA tache de «insuficiente» el plan de lucha contra la sequía que ha elaborado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Marma), en el que, en su opinión, «apenas se manifiestan ayudas» y, lo que es más grave, «se hace negocio con la sequía» al ofrecer créditos a un tipo de interés preferente que, al fin y al cabo, habrá que devolver.
Para Julián Martínez, este plan de lucha contra la sequía debería incluir la exención del pago de cuotas a la Seguridad Social a aquel agricultor que sólo viva del campo y una moratoria en el impuesto de rústica, entre otras medidas que verdaderamente apoyen al agricultor y alivien las negativas consecuencias derivadas de la sequía.
Lo más llamativo es que, en época excepcional de sequía, las conferederaciones hidrográficas sigan sin autorizar la perforación de pozos para riego de auxilio, una postura que provoca situaciones «ridículas» como «ver que el trasvase está bajando con un hectómetro o hectómetro y medio hacia Murcia al lado de tu finca».
POZOS ORDENADOS. Según el dirigente agrario, la Ley de Aguas ampara la apertura de pozos de 7.000 hectómetros cúbicos, aunque después la Confederación Hidrográfica del Segura no lo autoriza: «Tenemos un mar de agua en nuestra demarcación, más de 50.000 hectómetros cúbicos de reserva de agua en el subsuelo y, sin embargo, estamos hablando de las graves consecuencias de la sequía», lamenta Martínez.
Desde 2011 y por culpa del desempleo, las organizaciones agrarias vienen detectando cierta inquietud de los jóvenes por iniciarse en la actividad agrícola: «La PAC ha abierto la posibilidad de poner en marcha nuevas explotaciones; esto ha producido que haya muchos jóvenes en el campo, pero por parte de la administración hay poca respuesta». Y es que -añade- en 2012 se presentaron 1.500 solicitudes para recibir ayudas a los jóvenes agricultores, de las cuales sólo se cubrieron 500 en toda Castilla-La Mancha porque «no había presupuesto».
De cara al ejercicio 2014-2015, la Consejería de Agricultura destinará 24 millones de euros a subvencionar la inversión en bienes fijos como compra de tierras, maquinaria, mejora de la explotación…, cantidad «insuficiente» para alentar a los jóvenes a que se incorporen al campo. Por su parte, la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) mantiene una postura similar a la de UPA. Su secretario provincial, Jorge Navarro, habla también de aplazar los pagos de los créditos que se han pedido para introducir mejoras en las explotaciones. Apuesta igualmente por reducir el IRPF, bajar las cotizaciones a la SS y un descuento en el impuesto de IBI de rústica.
Asimismo, para Navarro es fundamental que el Ministerio de Agricultura dé su visto bueno a la concesión de créditos blandos porque «si no va a ser muy difícil que los agricultores de secano puedan salir adelante». Junto a esta medida, se podría aplicar también el adelanto de los pagos de la PAC. Para el secretario provincial de Asaja, es significativo e importante no perder de vista los cultivos de regadío, porque «cuestan mucho dinero entre luz y motor para traer agua e impulsarla», por lo que a falta de lluvias, «el coste de energía y la cantidad de riego que se está utilizando también encarece los costes de producción».
Por último, Jorge Navarro critica que todavía hoy España siga permitiendo que terceros países estén exentos de aranceles en la importación de cereales, lo que genera «una competencia desleal» con el campo autóctono.
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