El PSOE recupera el Júcar como eje central de los debates sobre el agua
Vuelve el Júcar. Representantes del Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes Regionales se reunieron ayer en Albacete con la cúpula de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (Jcrmo), como parte de una maratoniana reunión de trabajo que les ocupó la mayor parte de la jornada.
En el receso para atender a los medios, intervinieron el diputado José Molina y el presidente de la Jcrmo, Francisco Belmonte. Sus intervenciones dejaron bien claro que el nudo gordiano del Júcar vuelve al primer plano de la política regional, tras meses y meses de protagonismo monográfico del trasvase Tajo-Segura en los debates en torno al agua.
Ambos, político y regante, lanzaron un mismo mensaje: En el Júcar hay agua de sobra para todos, siempre que se gestione de forma adecuada, sin planteamientos maximalistas y cumpliendo al pie de la letra con la legislación. Aunque ambos, veteranos curtidos, también barrieron para sus respectivos rediles, haciendo las preceptivas matizaciones.
Molina abrió el turno de intervenciones, deshaciéndose en toda suerte de elogios a la Jcrmo. «Voz respetada», «opinión solvente e imprescindible», «valioso apoyo para el gobierno en cuestiones de aguas» fueron algunas de las flores dedicadas a Belmonte y los suyos.
«Ambas partes compartimos plenamente el diagnóstico -señaló el diputado- pues creemos que el plan del Júcar del 97, pese a sus defectos, nunca ha llegado a aplicarse del todo; por ejemplo, en Valencia, la modernización de regadíos, que ya debería estar hecha, lleva un considerable retraso, mientras que aquí, en La Mancha, está casi concluida».
En cuanto a la revisión del Plan de Cuenca, señaló que la única hoja de ruta posible es la que marca la sentencia del Supremo de 2004. En este sentido, lamentó ver cómo «se vuelve a falsificar» el Plan, cumpliendo sólo en parte dicha sentencia, manteniendo dentro del Júcar «cuencas internas» que no deberían estar dentro de ella.
Y, ya metidos en harina, el diputado también aprovechó una pregunta sobre el Júcar-Vinalopó para lanzar la correspondiente pulla contra las filas populares. Cuando se le preguntó por qué dicho trasvase no se cita en el Estatuto, mientras que sí se hace con el Tajo-Segura, le dio la vuelta a la pregunta para preguntarle a Cospedal a qué está esperando.
«La cuestión no es si el Júcar-Vinalopó está o no en el Estatuto -remarcó- sino si Castilla-la Mancha tendrá garantizadas las cantidades suficientes de agua para garantizar su desarrollo; eso es lo que estamos planteando y esperamos que la señora Cospedal lo apoye, desde el momento en que el Partido Popular ha votado a favor de este mismo criterio en otras regiones, como Valencia».
DESAMPARO. Llegado su turno, Belmonte agradeció su apoyo a los diputados socialistas en las Cortes Regionales y reiteró uno de los argumentos básico lanzados por Molina: si hay acuerdo, todo es posible en el Júcar y ahora, precisamente, es el momento de conseguirlo.
Pero también quiso lanzar «una pequeña crítica al Gobierno regional, y es que hemos puesto tanto el foco en el Tajo-Segura que, a veces, me he sentido un tanto desamparado con el Júcar».
No obstante, hubo tirón de orejas para todos, pues reclamó a toda la clase política, «pues ahora que algo se está moviendo en el Estatuto, espero que todos lleguen a un gran pacto del agua que beneficie a esta región, y que todos tengamos la altura de miras suficiente, para no mirarnos el ombligo y mirar por la región».
En cuanto a la revisión del Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar, reiteró que «en el Júcar hay agua para todos, si se hace una buena gestión, e incluso se podría hacer algún trasvase, en base a la Ley de Aguas, pero no de manera encubierta, pero si lo hacemos mal y nos empeñamos en defender los derechos históricos de Jaime I, así no vamos a ningún sitio».
«Todo lo que no quepa en la Constitución y en la Ley de Aguas, no cabe en ningún sitio, y que yo sepa la Constitución no habla de Jaime I», aseguró el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental mientras los socialistas asentían sus palabras.