Los regantes alicantinos tendrán que esperar un mes más en recibir el agua que compraron al Alto Tajo
Los agricultores alicantinos tendrán que apañárselas un mes más con el agua que les caiga del cielo o con las famélicas reservas de sus balsas. Los regantes del trasvase Tajo-Segura cerraron el pasado mes de diciembre un acuerdo con la Comunidad de Riego de Estremera, en el Alto Tajo, para comprarles 31 hectómetros cúbicos de agua que pagarán a 0,21 euros por metro cúbico.
El acuerdo ya está firmado, pues los términos son similares al convenio que rubricaron el año pasado y que supuso el primer intercambio de agua entre cuencas hidrográficas, una compra-venta de caudales que constituye el embrión de los bancos de agua que el Ministerio de Medio Ambiente quiere potenciar.
Sin embargo, la llegada de esos caudales, prevista para estas fechas, tendrá que esperar al menos hasta marzo. “Pensábamos que al tratarse de la renovación de un convenio no serían necesarios esos trámites, pero hasta que no tenga el visto bueno de la Confederación del Tajo no podremos recibir el agua”, confirmó ayer el vicepresidente de los regantes del trasvase, Manuel Richarte.
“Necesitamos el agua ya”
La transferencia no peligra y sólo falta concretar la fecha en la que se desembalsarán los 31 hectómetros cúbicos. Tampoco peligran los 11 hectómetros que el Gobierno se comprometió a trasvasar desde el Tajo hasta los regadíos del Segura a lo largo del primer trimestre del año, aunque tampoco está claro cuándo lo va a autorizar.
Los regantes no confían demasiado en ese recurso, si bien, Serrano insistió ayer en que “necesitamos el agua ya, porque el fruto está en esta época madurando en los árboles y si no se riega no va a tener el tamaño suficiente para su venta” y recordó que muchos de los cultivos que dependen del trasvase son invernaderos que recogen el agua de lluvia.
La Comisión de Explotación del trasvase Tajo-Segura recomendó ayer al Consejo de Ministros –que se reúne hoy– que autorice un trasvase de 22 hectómetros cúbicos este mes, once para abastecimiento humano y otros tantos para riego desde los embalses de la cabecera del Tajo a la cuenca del Segura.
Así lo anunció el director general del Agua, Jaime Palop, quien insistió en que, a pesar de las precipitaciones y nevadas caídas en la última semana, la sequía persiste, por tercer año consecutivo, en la cabecera del Tajo y en las cuencas del Júcar, Segura y Almanzora.
El director de Desarrollo Rural, Francisco Amarillo, reconoció que gracias a las últimas lluvias “en estos momentos no hay apremio” en las necesidades de agua en la agricultura, aunque a finales de febrero o principios de marzo “vamos a necesitar diez hectómetros cúbicos” para el mantenimiento del arbolado y su capacidad de producir.