Barreda asegura que el fin del trasvase «no es un capricho mío» sino la voluntad de la ciudadanía
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, confirmó hoy que espera que en las Cortes Generales, y en relación al establecimiento de la fecha de caducidad del trasvase Tajo-Segura que recoge el Estatuto de Autonomía regional, «sean respetuosos con una propuesta que se hace por unanimidad, no es un capricho mío», sino la voluntad de la ciudadanía, y así se ha decidido y aprobado en el Parlamento regional, con el acuerdo de PP y PSOE.
En una entrevista en el programa ‘Espejo Público’ de Antena3 que recoge Europa Press, Barreda dijo que el agua de los ríos es de todos los españoles, pero «también de los castellano-manchegos», y explicó que el Tajo «ya tiene hipotecas y está blindado» y «a favor de otro río, el Segura».
Insistió en que no hace «demagogia barata» porque el problema es que el agua «no sobra» y en un año de sequía como éste y sobre todo como el anterior, se pone manifiesto la vulnerabilidad del sistema. «No nos sobra el agua», no la podemos dejar correr porque la necesitamos para beber», que «también somos españoles».
En este sentido, lo que se planteó en su momento con el trasvase Tajo-Segura, dijo el presidente regional, era sacar el agua de una cuenca y llevarlo a otra deficitaria para el desarrollo sostenible del Levante español, que no se puede basar ‘sine die’ en esta situación.
Más, continuó, si se tiene en cuenta que en Castilla-La Mancha «tenemos prioridad» por ser la cuenca cedente. Ahora, continuó, «nosotros necesitamos ese agua porque estamos creciendo y pronto seremos dos millones de castellano-manchegos» y por tanto, la escasez de agua no puede ser factor limitante «de nuestro crecimiento y desarrollo».
Por eso, en Levante hay que hacer un esfuerzo importante para adecuar sus planteamientos de crecimiento y desarrollo, que no se puede basar en un recurso «que no disponen y del que no tienen prioridad», y «no es cuestión de precio ni de nada».
El trasvase, recordó, se concibe en un momento con posibilidades «diferentes a las de ahora», y por eso, «no es de recibo que se saque el agua de un lugar, La Mancha, que significa ‘la seca’, para llevarlo a otro lugar».
En 2015 habrá alternativas
Por eso, y acerca del establecimiento de la fecha de caducidad en 2015 del trasvase Tajo-Segura, que recoge el Estatuto de Autonomía que el lunes aprobaron las Cortes de Castilla-La Mancha y cuyo texto se registrará mañana en el Congreso de los Diputados, Barreda confirmó que para entonces «ya estarán previstas las alternativas» para Levante, como las desaladoras, ya que en Murcia y Valencia tienen una posibilidad, como es el mar, que no existe en la región.
El agua de los ríos es de todos los españoles, insistió el presidente regional, pero también «de todos los ríos», porque la falacia de ríos intra e intercomunitarios, manifestó, «no me vale» porque el ciclo del agua es único.
Barreda dijo al respecto y en relación al concepto de caudal mínimo de un río, que pretende que el agua del Tajo baje en cantidad y calidad suficiente para que haya vida en el río, porque ahora «no ocurre». Recordó que «de pequeños» se enseñaba en la escuela que el río Tajo acaba en el Atlántico, no en el Mediterráneo, y ahora, el Tajo a su paso por la localidad madrileña de Aranjuez debería al menos llevar seis metros cúbicos por segundo «y no los lleva».
Además, condenó el presidente castellano-manchego el río Tajo a su paso por Toledo presenta un caudal «escaso y de mala calidad, frente al canal artificial que deriva el agua del Tajo al Segura, que lleva 20 metros cúbicos por segundo, algo que calificó de «aberrante».
Se trata, a su juicio, de «injusticias» que «no soporto», ya que cuando se concibe ese proyecto «no se piensa en nosotros» sino que «se pasa» y se da la «insoportable» paradoja de que la derivación de agua pase por encima de algunos pueblos de la provincia de Cuenca «sin dejar una sola gota de agua» e incluso haya que abastecerlo con cisternas.
Así, insistió el presidente regional en que no acepta que la escasez de agua «sea para nosotros un factor limitante del desarrollo» de Castilla-La Mancha. Por ello, incidió en que «no se pueden blindar los ríos, pero tampoco desviar» con los planteamientos actuales de desarrollo sostenible que existen y las directivas marco de agua.
En Castilla-La Mancha, dijo por último, se está haciendo una gran reconversión, con el Plan Especial del Alto Guadiana, que supondrá dejar de regar cientos de hectáreas, algo que se hace «con mucho esfuerzo y a costa de los agricultores» y esto «se puede y se debe hacer en Murcia».