Ha sido un año atípico con mucha lluvia, varias nevadas de importancia y temperaturas extremas. Todos estos factores se han conjugado para propiciar una cosecha de cereales de invierno que, según las previsiones de la Delegación provincial de Agricultura y Medio Ambiente, será muy irregular y, presumiblemente, con un volumen inferior a la media de los últimos años en Albacete, fijada en unas 645.000 toneladas.
Cuando apenas faltan unos días para que comiencen a entrar en acción las cosechadoras, los datos de Agricultura muestran una tendencia a la baja no sólo en cuanto a producción sino también en superficie, ya que se han sembrado en torno a 19.000 hectáreas menos que se han compensado con más leguminosas y proteaginosas. «No hay uniformidad debido al régimen pluviométrico y a las temperaturas, con mucho frío y también alguna helada», indicó sobre la cosecha prevista el delegado de Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Mompó, quien señaló que las lluvias provocaron un retraso en las siembras que ahora repercutirá en las fechas de recolección, más tardías.
Del mismo modo, se han detectado problemas debido a encharcamientos que, incluso, obligaron a los agricultores a optar por otros cultivos ante la imposibilidad de sembrar el cereal.
Todo ello, recordó Mompó, «ha perjudicado el normal desenvolvimiento de la campaña», aunque no quiso «culpar» a las lluvias ya que, a su juicio, «siempre son mejores que tener que enfrentarnos a la sequía».
Sin embargo, las precipitaciones han obligado a echar mano de más abonos debido al fenómeno de la lixidiación, en el que el exceso de agua ‘lava’ los nutrientes de la capa superficial de la tierra y despoja a la planta de materia orgánica, sin olvidar que un alto grado de humedad también favorece las enfermedades y, con ello, el uso de fitosanitarios.
Más inversión
En este contexto se hace necesario invertir más en un momento en que, como explicaba el secretario general de Asaja Albacete, Jorge Navarro, los costes de producción se han disparado y los precios «siguen hundidos» por la «ruina» de la ganadería, que merma la demanda de cereales para piensos, y la «invasión» de productos de otros países, como los del entorno del Mar Negro y Sudamérica.
Respecto a los precios, «estancados desde hace tres meses», Navarro señaló que con la nueva campaña en ciernes, que según Asaja puede sufrir una merma, salvo cambios de última hora, de entre un 15 y un 20%, la previsión es que la situación, lejos de mejorar, «empeore».
«Así no podemos continuar», dijo el representante de Asaja Albacete, quien ponía como ejemplo que producir un kilo de cebada «cuesta unas 26 pesetas, y se está pagando a 18».
Esta tendencia se repite para el trigo o el maíz y, en general, para todos los productos de la agricultura y la ganadería, ya que en estos momentos «no hay ningún sector que sea rentable», concluyó