El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, visitó en días pasados la Exposición Universal de Zaragoza que tiene el agua y la sostenibilidad como leit motiv. Barreda, que estuvo acompañado por una nutrida representación de la clase política, empresarial y social de la región, lanzó un lema que sintetiza en pocas palabras la postura oficial de la Junta de Comunidades en la ‘guerra del agua’ abierta entre las comunidades autónomas del sureste español. El presidente castellano-manchego manifestó que «agua para todos sí, pero para todo no».

Castilla-La Mancha se encuentra pendiente de la fecha en la que el Congreso de los Diputados debata el proyecto de reforma del Estatuto Autonómico, en el que figura la finalización del trasvase Tajo-Segura en el año 2015. Esto supondrá que la región podrá contar con una cantidad importante de agua para desarrollar territorios que ahora tienen complicado su futuro más inmediato.

La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha siempre ha dado la cara en la denominada ‘guerra del agua’. Los castellano-manchegos están hartos de ver pasar el agua por el trasvase sin poder coger ni una gota para regar sus cultivos cuando lo necesitan, mientras que ese agua después es utilizada en las comunidades del litoral mediterráneo para desarrollarse económicamente a través de nuevas urbanizaciones, campos de golf, invernaderos, industrias con gran gasto de agua… Sin embargo, las comunidades levantinas ocultan estos desarrollos y se escudan en que necesitan el agua para consumo humano. Es cierto, ya que el agua que poseen es utilizada para el desarrollo, anteponiéndolo al consumo humano. Entonces es cuando el Gobierno reclama a Castilla-La Mancha el agua necesaria.

Ya es hora que algún organismo imparcial entre las comunidades autónomas, como puede ser el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, estudie a fondo la realidad de cada territorio y estipule la necesidad de agua que posee en la actualidad cada comunidad autónoma para consumo humano. De esta forma se acabará con el doble lenguaje y las triquiñuelas que utilizan algunos dirigentes territoriales para enmascarar la realidad de la situación.

Mientras tanto, el Ejecutivo que preside José María Barreda se debe mantener firme tras su lema de «Agua para todos sí, pero para todo no» y defender los intereses de los castellano-manchegos, que para eso le votaron.