La sequía meteorológica -la ausencia de lluvias- todavía no se ha convertido en sequía hidrológica -la falta de recursos hídricos, superficiales o subterráneos, en la provincia de Albacete, pero ya empieza a ser por poco.

Así lo señala un reciente informe de la Confederación del Júcar, al que ha tenido acceso La Tribuna, y que recoge los datos de la red de puntos de control que tiene el organismo de cuenca por todo el territorio de la Demarcación.

En Albacete, los puntos de control son tres; uno para la zona del río Jardín-Lezuza en Balazote; otro para el propio Júcar, en Valdeganga y un piezómetro para controlar el nivel del acuífero de la Mancha Oriental en Cenizate.

De acuerdo al informe, elaborado con datos actualizados hasta el 31 de agosto, todos tienen nivel verde (normalidad). El problema es que el color verde se ha vuelto algo bastante escaso en la red de control del Júcar.

Para ser precisos, la CHJ dispone de 34 puntos para controlar el estado de sus sistemas, que son el Júcar (12), Cenia-Maestrazgo (tres), Mijares-Playa de Castellón (tres), Palancia-Los Valles (tres), Turia (siete), Serpis (dos), Marina Alta (uno), Marina Baja (uno) y Vinalopó-Alacantí (dos).

De todos ellos, solo siete tienen nivel verde (normalidad), 10 están en nivel amarillo (prealerta), siete en naranja (alerta) y 11 en nivel rojo (emergencia).

Y, aunque el protagonismo mediático lo ha acaparado la provincia de Alicante, hay puntos en situación de emergencia bastante más cerca de lo que podría parecer. Por ejemplo, el punto de control situado en el Cabriel medio, en la provincia de Cuenca, ya está en emergencia (rojo).

El cálculo de los niveles se hace teniendo en cuenta la evolución del volumen de agua embalsada, las lecturas de los piezómetros de los acuíferos, la aportación natural de los ríos y la pluviometría.

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