GRACIANO ARMERO BERLANGA
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El próximo domingo, los ciudadanos que pertenecemos a los municipios de Albacete, Mahora, Madrigueras y Motilleja vamos a legitimar a nuestros representantes en las corporaciones locales. A estas alturas me pregunto si los aspirantes a alcaldes han incluido en sus programas un legado de vida. Hago referencia al río Júcar y su entorno. ¿Piensan respetar ese legado?
Acude a mi mente la opacidad del tan traído y llevado ladrillo que llevan en la boca, cual perros de presa, los especuladores. ¿Un legado de vida sepultado por ladrillos?
En 1998, salvamos de la especulación urbanística en mi pueblo, Motilleja, un paraje llamado Dehesa Boyal, zona, que baña el mencionado río, protegida por su alto valor paisajístico y ecológico. El 16 de julio de dicho año, el delegado provincial de la Junta de Comunidades, el delegado de Medio Ambiente y el delegado de Cultura, en asamblea anunciaron que la urbanización proyectada no se podía llevar a cabo en el lugar elegido. Posteriormente, luchamos con todas nuestras armas legales contra un proyecto que considerábamos un atentado a la naturaleza, el Campo de Golf Las Pinaíllas, refugio de gente privilegiada a costa de acotar una zona que se mira en el espejo fluvial -tal es su proximidad al río- y que se riega extrayendo el agua de su acuífero: inconfesable.
Parece ser que había compromisos muy fuertes por parte del anterior presidente regional. Una cacicada más. ¿Cuál fue la postura del Ayuntamiento de Albacete? Dado que la respuesta sería de vergüenza, mejor es no responder. De cualquier manera, el complejo deportivo se hizo con la condición de que no se urbanizaría en los alrededores. ¿Se cumplirá la palabra?
En otoño de 2005, el Ayuntamiento de Madrigueras, con mayoría de Izquierda Unida, rechazó otro disparate de un sinfín de chalets pensado para el paraje conocido como La Pedrera, frente al Campo de Golf que hemos nombrado, sobre los peñascos de Cuasiermas en la margen izquierda del río. «No voy a consentir otro pueblo a ocho kilómetros del nuestro, Madrigueras», fueron las palabras de su alcalde. ¿Tomará ejemplo el próximo primer edil de ese municipio?
También he podido tener acceso a otro proyecto que englobaba parte de los municipios de Motilleja y Mahora en la misma ribera. Y, en concreto, sí sé que en el primero, mi pueblo, echando mano de esa figura tan ambigua que se llama permuta, se pretende construir en el mismo paraje, Dehesa Boyal, zona protegida como hemos señalado y limítrofe con la que salvamos en el noventa y ocho. A este respecto, tenemos noticias de que Administración Local, desde Toledo, se ha pronunciado en contra de la pretendida permuta. Dicha negativa la ha plasmado en un documento perfectamente argumentado que nos ha sido posible leer en el Ayuntamiento de Motilleja, y del que destacamos, entre otras razones, la que deja caer al final del mismo: dado que podría tratarse de un bien comunal, nunca sería susceptible de permuta. Tomen nota los ediles que sean elegidos, y sean responsables porque, por lo que vemos, la Junta sí lo es y ha sido muy clara. Dije al principio que el Júcar y su entorno es un legado de vida. Ahora añado que es una rúbrica muy peculiar de nuestro patrimonio geológico, y que es un bien no renovable y sí, en cambio, susceptible de destrucción por desaprensivos promotores que usan el vientre en lugar de la cabeza, que colocan el interés económico antes que la solidaridad intergeneracional, e incluso que alardean de ignorancia porque de sabios tienen poco. Confiamos en que los alcaldes que salgan el día 27, en Albacete, Mahora, Madrigueras y Motilleja, alcaldes ribereños, no sean de este jaez, sino que usen la cabeza, sean solidarios y sepan, sobre todo que sepan. De lo contrario, no tendré inconveniente en llamarles necios, del latín scire (saber), precedido de partícula negativa.
Aprovecho para dar las gracias a Ecologistas en Acción, a Izquierda Unida y al Partido Popular, quienes, con independencia de sus propias ideologías que los definen, se han manifestado en la prensa defendiendo claramente unos valores en los que muchos creemos, porque usamos la cabeza, somos solidarios y sabemos.
(*) De la Plataforma para la Defensa de la Ribera del Júcar