El campo empieza a tener sed, según los agricultores y los ganaderos. «La situación es alarmante desde hace veinte días. Estamos en el mes crucial para que caiga agua y no cae. ¡Hay que regar, necesitamos regar!; si no, será la ruina de Castilla-La Mancha, un caos y una tragedia para la economía de la región. Los cereales no van a nacer, el girasol no se va a poder sembrar, la uva se va a secar, en la ganadería no habrá dinero suficiente para comprar pastos para mantenerla, los ajos no van a nacer,… ¿sigo?». Las palabras del secretario general de la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (Asaja), José María Fresneda, no son nada halagüeñas sobre el futuro de la agricultura y de la ganadería de la región, si la lluvia no cae en los próximos días, algo improbable que ocurra, según las previsiones meteorológicas.
«En provincias que tienen que sembrar girasol, como en Guadalajara y Cuenca, no se deciden porque está seco todo. Y empieza a haber conflictos y muchos nervios entre los agricultores», asegura Fresneda, que eleva el tono de voz cuando se le pregunta por soluciones. «Me sienta mal tener que estar diciendo siempre lo mismo. Si aquí tenemos sequía y tenemos agua, por qué tenemos que pagar las consecuencias de no tener hechas las infraestructuras y por respetar normas de hace más de un siglo. ¡No puede ser, no puede ser!», se lamenta.
Sin embargo, desde la Consejería de Agricultura se afirma que «no es una sequía generalizada, sino que depende de zonas».
Aumento de costes
La falta de lluvias y las elevadas temperaturas, con máximas por encima de 30 grados, están afectando notablemente a las cosechas de cereales, leguminosas y oleaginosas de toda la región, según Asaja y UPA. En el caso del regadío, la falta de lluvias motiva mayores riegos, lo que origina un aumento de los costes de producción.
La sequía también está dañando al sector ganadero, ya que la falta de pastos en el campo está provocando que se empiece a alimentar a los ganados con materias primas de fuera de la explotación, lo que provoca un aumento de los costes de producción.
En Albacete, los lugareños cuentan que no han visto una falta de lluvias así en los últimos 20 años, lo que podría suponer entre un 65 y un 70% menos de cosecha que un año normal. Centro, Almansa, Sierra del Segura, Hellín y La Manchuela son las zonas más afectadas, aunque los daños también se han dejado notar en las plantas del Jardín Botánico de Albacete.
En Ciudad Real, las estimaciones de los agricultores sitúan una merma de la cosecha de entre un 15 y un 30%, según las zonas perjudicadas: La Mancha, Campo de Montiel, Campo de Calatrava y Valle de Alcudia.
No por el hecho de estar más al norte, Cuenca se libra de los efectos de la escasez de lluvias. La Alcarria está bastante afectada, principalmente la nascencia del cultivo, mientras que en el resto de la provincia, si no llueve en los próximos días, la cosecha se situará entre un 50 y un 60% menos.
Viejos recuerdos
En Guadalajara no dejan de mirar al cielo, ya que si llueve en quince días -algo improbable-, se salvará la cosecha, aunque ahora las siembras más tardías son las más preocupantes.
Y en el caso de Toledo, el panorama es muy negro en casi todo su territorio, según Asaja. «Si no llueve en seis días, habrá una reducción del 90 por ciento en algunas zonas», afirman. «El barbecho no está mal, está fresco, y en el caso de que llueva en los próximos días puede salir adelante», explican.
«Si durante las próximas semanas no llueve, los daños por esta sequía en el sector agrícola y ganadero serán catastróficos y similares, o incluso superiores, a la sequía que padecimos a mediados de los 90 en nuestra región y que en algunos sectores, como el vitícola, supuso el arranque de miles de hectáreas por esta problemática», avisa Ramón Sáez, de UPA.
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