El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, eligió ayer Aragón como escenario de su primer gran acto en torno el agua. Pese a no descartar ninguna opción para resolver el déficit hídrico de las regiones deficitarias, volvió a mostrarse tibio con los trasvases y regresó a Madrid sin fechas ni plazos para la construcción de infraestructuras básicas a excepción de las del denominado Pacto del Agua en Aragón.
En rueda de prensa, tras presidir la comisión de seguimiento de las obras del Pacto del Agua, Arias Cañete recalcó que «hay dos nortes muy claros» para el Ejecutivo nacional, «respetar a rajatabla la reserva hídrica de 6.550 hectómetros cúbicos para Aragón», recogida en el Estatuto de Autonomía, y «hacer las obras en función de los acuerdos que se hagan en Aragón».
En relación a los trasvases El ministro Miguel Arias Cañete, aseguró que se analizarán «todas las alternativas para que haya agua en todos los territorios» y ha abogado por «establecer un gran pacto nacional sobre el agua», del que se derivará un Plan Hidrológico Nacional.
El ministro no descartó el trasvase del Ebro aunque precisó que no estaba en condiciones de dar a conocer ninguna propuesta concreta «hasta conocer los datos de los ríos españoles», una vez que se hayan elaborado los planes de demarcación de las cuencas hidrográficas españolas.
«Lo otro serían ejercicios teóricos políticos», añadió.
«El Gobierno tratará de buscar un equilibrio» y «vamos a hacer un ejercicio técnico de responsabilidad de la mejor gestión del agua», además de buscar el «consenso político» mientras que ahora «sería un apriorismo por mi parte decir que vamos a hacer una cosa u otra», igual que por «un apriorismo político» hay quien dice «trasvase no, desalinizadoras sí».