La nueva PAC entra en vigor el año que viene y Asaja ya alerta del alto nivel de desconocimiento que existe en torno a los requisitos para acceder al nuevo modelo de ayudas agrarias. Más aún cuando algunas de las decisiones que se han de tomar ahora de cara a la siembra afectarán, y mucho, a la hora de solicitar la subvención en 2015. Y es que Bruselas tomará entonces como base lo hecho en el ejercicio anterior, es decir, este 2014. Esta falta de información puede costarle muy caro al agricultor, que podría quedarse fuera de la PAC cinco años, hasta 2020.

Por eso, desde la patronal agraria se insta a los agricultores a que acudan a sus oficinas en busca asesoramiento. Como apunta el secretario general de Asaja, José María Fresneda, «los errores se pagan» y «es necesario ponerse en manos de profesionales para tramitar la PAC».

Una de las novedades que puede traer problemas a la hora de tramitar la PAC es la inclusión de la figura del ‘agricultor en activo’ como requisito para recibir ayudas. En principio, solo estarán cubiertos por la PAC aquellos productores que demuestren que al menos el 20% de sus ingresos proceden del campo, descontando las subvenciones.

También hay cambios en la manera de entender la superficie beneficiaria de ayudas -se exigirá ahora una «actividad mínima»-, en la transmisión de los derechos y en el modo de vender o arrendar una tierra, con la creación de las llamadas ‘cláusulas de beneficio’.

La introducción del concepto ‘greening’ o pago verde está trayendo también muchos quebraderos de cabeza al sector, al exigir el cumplimiento de una serie de requisitos medioambientales para recibir ayudas europeas. El ‘greening’ repartirá 1.400 millones en toda España el año próximo y podría suponer hasta el 30% de la ayuda total que recibe el agricultor.

En principio, Fresneda no ve problema en el ‘greening’. A su juicio «cualquier agricultor que cultive de la manera tradicional va a cumplir con los requisitos del pago verde y va cobrar las ayudas». No obstante, avisa de la necesidad de tener en cuenta algunos elementos nuevos, como el de la diversificación de cultivos.

En cuanto al dinero que llegará de Bruselas, Fresneda no cree que vaya a haber muchos cambios en el montante final que perciba el agricultor, si se hace todo bien, pero sí en la forma en la que lo recibirá. En definitiva, como advierte el dirigente agrario, «hay que romper todos los papeles y hacer otros nuevos».

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